El ángel de la muerte (Antes llamada "El último dragón rojo") © [✓]

Capítulo 8

Astrid estaba aún un poco extrañada por el encuentro que había tenido con ese chico. Sí que era encantador, pero a la vez un poco extraño. «Mi nombre solo te traería problemas, Astrid», le había dicho y ella no había comprendido una palabra.

Su madre la asaltó a preguntas apenas puso un pie en la casa, pero Rose llamó en ese momento y pudo escabullirse. Le contó acerca del singular encuentro, y eso hizo que la pelinegra saltara de emoción al otro lado de la línea.

Rose quería que fueran a divertirse esa noche a alguno de los bares del centro. Sin embargo, ella no estaba verdaderamente segura de que esa fuera una buena idea. Antes adoraba salir con sus amigos para tomarse unos tragos y bailar, pero luego de lo ocurrido le parecía algo peligroso estar fuera de su casa en la noche. Su madre infartaría, aunque eso no le importaba demasiado; era adulta, después de todo.

Dio un par de vueltas en su habitación y miró el reloj que tenía sobre la mesa de noche. No le quedaba mucho tiempo para decidirse. Abrió su armario y pasó suavemente sus dedos por un par de vestidos. ¿Salir sería algo sensato? ¿Y si los mafiosos la seguían?

«Ya basta, Astrid —se dijo—, deja de ser paranoica».

Estaba enojada consigo misma por estar tan aterrada todo el tiempo, y su madre no ayudaba mucho con eso, la hacía sentir peor. Por ese motivo, suspiró profundo y tomó una decisión irrevocable: ya era hora de dejar de estar intimidada y dar la cara.

Habían pasado semanas, y sabía mejor que nadie cuán fácil podía escaparse la vida en un abrir y cerrar de ojos. Si ellos iban a volver por ella sería al menos luego de que se divirtiera.

Lo necesitaba. Y lo haría.

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Este capítulo estuvo especialmente dedicado a CarolinaRuiz756
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