Capítulo 51

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Astrid salió del baño, un poco mareada aún, y caminó despacio hasta sentarse en su cama, desde donde Hikari la observaba con algo de preocupación

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Astrid salió del baño, un poco mareada aún, y caminó despacio hasta sentarse en su cama, desde donde Hikari la observaba con algo de preocupación.

—Astrid... —le dijo la chica—. Debes cenar algo, estás muy débil y pálida por no alimentarte bien.

—Lo siento —susurró ella—, no tengo deseos...

—¡Por favor! —exclamó Hikari poniéndose de pie—. ¿Tengo acaso que llamar al doctor de la familia?

—No, por supuesto que no.

—No creo que a mi padre le agrade esa opción, pero me tienes realmente nerviosa.

—Descuida... —afirmó Astrid subiendo sus piernas a la cama y apretándolas contra su pecho—. Estoy bien, solo he estado algo estresada, han pasado cuatro días...

—Lo sé —declaró Hikari—, y también estoy ansiosa porque no ha enviado noticias, pero Hiroshi está bien, él sabe cómo protegerse.

—Y... —Astrid la miró algo llorosa—. ¿Qué pasa si le ocurrió algo?

—No, ni siquiera lo pienses —dijo Hikari y volvió a sentarse a su lado—. Todo está bien, lo prometo...

—Hikari... odio lo que hace, odio que se haya ido porque imagino perfectamente lo que fue a hacer... ¿Cómo pueden vivir con algo así? —Unas pequeñas lágrimas comenzaron a humedecer sus mejillas.

—La verdad es que... —Hikari suspiró profundo y miró al suelo un instante—. Este es nuestro mundo, Astrid, esto es lo que somos. Nosotros nacimos sabiendo vivir con todo lo que ocurre a nuestro alrededor.

—Pero... debe haber algo que puedan hacer para detener las muertes, para detener esta estúpida venganza que no los conducirá a ningún lugar...

La pelinegra la miró con algo de tristeza y decepción en los ojos, para luego responderle:

—Solo hay dos formas de detener esto: el deshonor y la muerte. Y, créeme, morir es infinitamente mejor... Hiroshi nunca va a renunciar a su destino como líder de nuestra familia, ni por ti ni por nada. Esa es su misión en la vida, y sé que él la aceptará gustoso.

—Pero—

—No hay «peros» —la interrumpió Hikari—, es hora de que lo aceptes. No importa lo que pase, tú no cambiarás el futuro de mi hermano... Tú no podrás salvarnos, Astrid... Tú ya estás condenada a hundirte con nosotros...

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Este capítulo estuvo especialmente dedicado a Mar_quiros
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El ángel de la muerte (Antes llamada "El último dragón rojo") © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora