Capítulo 28

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La policía llevaba casi dos días sin encontrar señales de Astrid y Joshua estaba perdiendo la cabeza, ni siquiera podía dormir

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La policía llevaba casi dos días sin encontrar señales de Astrid y Joshua estaba perdiendo la cabeza, ni siquiera podía dormir. Los padres de su amiga estaban destrozados y nadie sabía darles una respuesta de qué había podido ocurrirle. Pero él sabía que la clave estaba en aquel bar; ella había desaparecido allí y alguien tenía que haber visto algo esa noche.

Sin embargo, no los culpaba por tener miedo y mantener la boca cerrada. Por todas partes se rumoreaba que la desaparición de Astrid había sido causada por una banda Yakuza; los mismos del tiroteo en la tienda y también los mismos que habían asesinado al hombre cuyo cuerpo había sido hallado a la mañana siguiente en un callejón no muy lejos de allí. Y estaba seguro de que era cierto, era demasiada coincidencia.

Aparcó su auto a menos de una cuadra del bar y se acercó con cautela. Nadie le había dicho nada a los oficiales, pero quizás hablarían con él, tenía que intentarlo. El local estaba cerrado por el día, así que se acercó a la entrada principal y tocó insistentemente. A los pocos minutos una mujer abrió una hendija de la puerta.

—¿Quién eres tú y qué diablos quieres? —le preguntó en un tono de voz que denotaba irritación—. ¿No ves que estamos cerrados hasta las ocho de la noche?

—Mi nombre es Joshua Stewart —respondió él—. Soy el mejor amigo de Astrid Greene, la chica que desapareció aquí hace dos noches.

La mujer se tensó evidentemente al escucharlo.

—Ya le hemos dicho a la policía que no sabemos nada al respecto, que estábamos demasiado ocupados atendiendo el bar como para ver si esa chica se fue sola o acompañada.

Trató de cerrar la puerta, nerviosa, pero Joshua se lo impidió interponiendo su pie y luego se coló velozmente en el local.

—¿Qué diablos crees que haces? —gritó ella—. ¡Sal de aquí o llamaré a mi hermano!

—¡Espere! —suplicó él—. Yo no soy policía. Ella es mi mejor amiga y sé perfectamente que su desaparición no fue un accidente, y también sé que ustedes saben más de lo que le contaron a la policía, saben quiénes frecuentan su bar...

—Vete de aquí, chico. ¡No tenemos más nada que decir ni queremos problemas!

—Espere un momento... —le dijo al observarla detenidamente. Ella era la misma mujer rubia que sostenía al hombre aquella noche y que lo estaba ayudando a mantenerse en pie—. Yo la recuerdo...

Ella lo miró, algo escéptica y asustada al mismo tiempo.

—¡Yo sé que algo más ocurrió esa noche! ¡Yo la vi con ese tipo que casi no podía moverse! —continuó, aunque no tenía idea de lo que estaba hablando. Sin embargo, la expresión de horror de la mujer le indicaba que había dado en el blanco.

—¡Lárgate de aquí, tú no viste nada!

—Sí lo hice —afirmó—. Sé perfectamente que algo ocurrió aquí esa noche, algo que no le está contando a la policía. Yo no quiero saberlo, eso no me interesa, ¡solo quiero un nombre que me ayude a encontrarla y sé que usted me lo puede dar! —Estaba desesperado y quizás presionarla era la mejor opción.

—¡Esa chica ya está muerta! ¿No te das cuenta, acaso? —dijo ella luego de un instante, y un nudo enorme se le formó en la garganta al escucharla—. Y si tú quieres vivir, vete, vete y olvida que todo esto alguna vez pasó...

—Por favor... —Sacó un pequeño fajo de dinero del bolsillo de su chaqueta y se lo ofreció—. Es todo lo que tengo... Solo necesito un nombre... Por favor...

La mujer miró su rostro suplicante y luego el dinero en su mano, debatiéndose si debía hacerlo o no. No obstante, suspiró profundo y finalmente lo tomó.

—Sakura... —le susurró con algo de desprecio, pero sin dejar de estar nerviosa—. Ese es el nombre que necesitas, pero te lo advierto, ese nombre solo trae destrucción y muerte.

Joshua asintió, sin pronunciar palabra, y ella abrió despacio la puerta. Miró afuera, recelosa, antes de hablarle por última vez:

—Ahora márchate, y «jamás» vuelvas a poner un pie cerca de aquí.

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Este capítulo estuvo especialmente dedicado a Quetzal_arreguin
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El ángel de la muerte (Antes llamada "El último dragón rojo") © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora