"La venganza es el manjar más sabroso condimentado en el infierno". -Walter Scott.
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Una chica inocente se ve envuelta por azar en un sangriento ajuste de cuentas de miembros de la mafia japonesa, conocidos como los "Dragones Rojos". A partir de es...
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El camino a casa nunca se había sentido tan largo para Astrid. Quizás seguía un poco sensible. O quizás solo tenía miedo. Una parte de ella esperaba todo el tiempo sentir el frenazo de un auto a su lado y luego un disparo.
Desconfiaba de todos a su alrededor, a veces incluso le parecía que la estaban siguiendo a todas partes. Pero debía ser solo producto de su aturdida imaginación. Ninguno de los mafiosos se atrevería a acercársele y asesinarla en plena calle, ¿o sí?
Llevaba casi una semana fuera del hospital y había vuelto a la universidad. Joshua la acompañaba a clases y luego a casa como siempre, pero ese día él tenía clases hasta más tarde y Rose se había marchado temprano, así que ella había decidido irse por su cuenta en lugar de esperarlo. Su casa no estaba tan lejos después de todo, solo un par de paradas en el autobús y luego algunas cuadras caminando.
Su lugar de estudio nunca había sido tan intimidante como en ese entonces. Todos la miraban como si fuera una heroína o como si fuera un fantasma, y no encajaba en ninguno de esos perfiles. Lo más heroico que había hecho había sido llorar encogida en el suelo mientras le disparaban. Y simplemente había sobrevivido para contarlo, no había sido un regreso de entre los muertos tampoco.
Por lo tanto, no le apetecía permanecer por más tiempo en la facultad, a pesar de que todos a su alrededor insistían en que no debía quedarse sola, pues lo ocurrido en la tienda seguía siendo un caso sin resolver.
«Diablos», se quejó, mentalmente. Le daba la impresión de que su bolsa pesaba más que nunca, o quizás eran los dos libros que llevaba entre sus manos. La herida en su pecho estaba casi curada, pero seguía doliendo un poco, sobre todo cuando se esforzaba.
Estaba ansiosa por llegar a casa, en especial porque no dejaba de sentir que alguien la observaba.
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