Me encuentro revisando las cámaras de seguridad que instalaron la semana pasada, hay al menos dos cámaras en cada sector, a cada lado del rio Estigia, en el Tártaro, en la grieta que une al mundo mortal con el Inframundo. Me la paso revisando todo cuidadosamente cuando veo que hay algo mal en la entrada del Tártaro, la puerta parece abierta y eso me asusta pues nadie ha logrado evadir a las Furias quienes son las encargadas de proteger el lugar.-¡Hecate!- La llamo sin apartar mis ojos de la pantalla.
-¿Que pasa?- Inquiere luego de aparecer a mi lado.
-Alguien ha entrado al Tártaro o ha salido...debemos ir- Digo y ella asiente.
Llegamos al lugar y de inmediato el ambiente se torna frío y pesado, es seguramente el área mas oscura del Inframundo.
-¿Quien se atreve a perturbar la celda de los hijos de los primordiales?- Preguntan y no logro ver a quien pronuncia esas palabras.
La voz sonó poderosa, verdaderamente temible y la vi, justo en la cima de una roca, arriba de la entrada del tártaro, la silueta de una mujer y lo único que podía distinguir eran sus ojos rojos cual rubies ya que estos parecían las llamas del fuego mas intenso que se pudiese ver.
-Soy Hades, Dios del Inframundo, de los muertos y riquezas- Me anuncio mientras tomo un porte mas firme.
Una risa macabra se escucha por el lugar causando un espantoso eco y justo por eso no supe de donde vino.
-Asi que el mayor de los varones olímpicos nos ha honrado con su presencia- Dice otra voz y sus palabras me llegaron como cuchillas tan afiladas y peligrosas como ninguna otra con el mismo tono de voz que empleo la silueta que se encuentra sobre la puerta del Tártaro.
-Tisifone se mas amable con nuestro invitado- Dice una voz mas sensual, tan suave que casi se escucho como un susurro.
Hecate no tarda en ponerse en una posición de ataque y me sorprendio ver que yo estaba ya en esa posición sin haberme dado cuenta.
-¿Que deseas hijo de Cronos?- Preguntan y escucho como algo cae atras de nosotros por lo que me giro y veo a una de las temidas Furias.
Su rostro es hermoso aunque en lugar de cabello tiene serpientes, sus ojos rojos, su piel es pálida, tan blanca como si se tratase de nieve, lleva un vestido negro largo que se ajusta solo un poco a su cuerpo y en su mano lleva un látigo largo que da la impresión de arrancar la piel ante el mas mínimo roce.
-Vine porque hay algo que me preocupa mi señora- Digo y de inmediato las otras dos Furias caen a nuestro alrededor.
"Nos rodearon las muy malditas".
Las otras dos son casi iguales a la primera solo que el tipo de serpientes en su cabello es diferente además de que una tiene los ojos azules como los zafiros y la otra verdes como las esmeraldas, "lo se, me encantan las piedras preciosas", pero lo que tienen en común es que sus ojos brillan con intensidad ademas de que tienen la misma vestimenta.
-Que preocupa al hijo del Señor del Tiempo- Pregunta la de los ojos azules.
-¡Soy Hades, ese es mi nombre!- Grito al sentirme enfadado por las referencias que usan conmigo.
-Lo sabemos... Aidonius- Dice la de ojos verdes de voz seductora y esto hace que un frío estremecedor recorra mi espalda.
-Ese no es mi nombre- Replico con enfado.
-No pero asi te llamaba Cronos, ¿verdad?- Inquiere la de ojos azules.
Mi padre nunca se tomo el tiempo de aprenderse mi nombre por lo que lo pronunciaba mal y terminaba diciendo, "Aidonius" en lugar de "Aidoneo".
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UN AMOR GRIEGO
RomanceDime que no tenias hambre ese día. Dime que no es por lo que tienes que quedarte Convenceme de que tu quieres estar aquí; Que no es mi trato lo que te mantiene tan cerca. Tu me elegistes a mi. Tu me amas. No hay necesidad de hablar, yo se porque te...