El icor y la apuesta

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Despierto al sentir que Perse me sienta sobre mi regazo de manera suave por lo que le sonrió con picardía al ver que me observa con deseo.

-Se nota que estas empezando a experimentar el acto sexual- Digo y ella me observa confundida.

"¿Como puede ser tan maliciosa e inocente a la vez?".

-Que eres principiante en esto del sexo- Explico y ella frunce el ceño.

-No me hace gracia además, no es mi culpa que tu ya hubieras hecho esto desde hace mucho tiempo- Replica por lo cual sonrió al ver que se esta enfadando.

-Tenemos una charla pendiente señorita Kore- Digo esto ultimo a manera juguetona mientras llevo mis manos hacia su cadera.

-¿No podemos dejarla para después?- Pregunta y yo niego con la cabeza.

Quiero tener esta charla con ella aunque es difícil concentrarme en algo que no sea su cuerpo desnudo el cual esta sobre mi...cuerpo desnudo.

-¿Que es eso de estar atando a tu esposo a la cama?- Inquiero y de inmediato me pongo nervioso al haberme catalogado como "su esposo".

-Bueno, si mi esposo no me deja que le de placer pues solo me queda darcelo a la fuerza- Explica para luego inclinarse sobre mi y besar mi cuello.

"Concentrate en la charla", me regaño al sentir que la excitación se esta apoderando de mi cuerpo. 

-Perse, no puedes solo atarme, si me negué a hacer eso es porque, eres tan inocente, bueno, eso crei...esa noche me demostraste que podías ser traviesa como la mujer mas experimentada en este tema- Explico y suelto un gemido agudo al sentir que succiona la piel de mi cuello.

-¿Estas molesto?- Pregunta de manera sensual mientras desliza sus labios hasta los mios.

Atrapo su labio inferior entre mis dientes y tiro de el ligeramente haciendo que Perse suelte un pequeño gemido a manera de protesta. Mis manos se deslizan hacia su trasero redondo, firme y perfecto el cual estrujó hasta arrancarle otro gemido por lo que me río.

-¿Como podría molestarme con una hermosa princesa como tú?, aunque en ese momento si me enfade un poco- Agrego para luego darle un casto beso en los labios al sentir que sus manos se deslizaban hacia mi pecho.

-¿Porque te enfadaste, pense que lo disfrutabas?- Pregunta burlona mientras me observa de manera picara .

-Porque no pude tocarte mientras lo hacías y si, lo disfrute mucho, no había sentido nada igual en todos los siglos que llevo de vida- Explico para luego besarla en el cuello de manera apasionante.

-Quiero hacerlo otra vez- Confiesa con la voz entre cortada.

"Dioses".

-Diablos señorita, tranquila princesa, tenemos una eternidad para hacerlo asi que no comas ansías- Le susurro en el oído y ella suelta un gemido al sentir que muerdo de manera delicada el lóbulo de su oreja.

-¿No sera que no puedes aguantar el paso?- Pregunta con malicia.

En un movimiento rápido hago que cambiemos de lugar, quedando arriba de ella y penetrándola poco a poco haciendo que sus ojos empiecen a humedecerse.

-¿Quien dices que es el que no aguanta?- Inquiero mientras la observó con deseo y sonrió de manera picara.

-Tu, yo no soy la que quiere esperar- Agrega juguetona mientras lleva sus manos a mi rostro para acariciarlo.

-¿Sabes?, me duele que pienses eso de mi, asi que te sacare de ese error. La razón por la que no quiero excederme es para no lastimarte porque creeme, el día que llegue a dar mi cien por ciento...bueno, dudo mucho que camines bien por los próximos dias- Aclaro y ella pone cara de asombro para luego desviar su mirada hacia nuestras partes intimas las cuales están mas que juntas.

UN AMOR GRIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora