Hamburguesa

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Un mes después.

Despierto al escuchar la voz de Persefone llamándome por lo que abro los ojos de manera perezosa encontrandome con su mirada dulce y una sonrisa en su rostro.

-¿Que pasa amor?- Inquiero mientras acarició su mejilla.

-Quiero una hamburguesa- Dice y la observó aun aturdido por el cansancio.

-¿Estas bromeando?- Inquiero al ver que son las dos de la madrugada. -¿Donde voy a conseguir una hamburguesa a esta hora?- Pregunto al tiempo que me frotó el rostro con mi mano para tratar de ahuyentar el sueño.

-No se pero el bebé quiere hamburguesa- Agrega al tiempo que se acuesta sobre mi y apoyando su cabeza en mi pecho.

Hace una semana Persefone empezó a sentir antojos, todo había sido normal hasta que empezó a pedir cosas a horas donde seria prácticamente imposible encontrarlas, una vez pidió salmón ahumado, un noche fue caviar y en otra una ensalada con limón aunque tiendo a pensar que esta ultima no fue por el bebé sino por ella pero aun asi, adormilado y agotado, fui a la cocina y prepare la ensalada.

-El bebé debería aprender que papá tiene que descansar- Gruño mientras la abrazo con fuerza para luego inclinar mi cabeza enterrándola en su cabello y llenandome de su exquisito aroma. -Iré a ver que puedo hacer- Agrego al tiempo que beso su cabeza y me levanto de la cama dejándola a mi desnuda esposa descansar mientras yo voy a hacer una hamburguesa a las dos de la madrugada cuando debo ir a la oficina a las cuatro.

Llego a la cocina y encuentro lo justo para la maldita hamburguesa, empiezo calentando el pan para luego pasar a asar la carne.

-¿Como es que termine en esto?- Me pregunto mientras espero a que la carne se termine de cocinar.

Por fin la hamburguesa esta lista y al entrar a la habitación veo que Persefone esta acariciándose el vientre el cual ha crecido considerablemente.

"Su embarazo avanza muy rápido".

-Aqui tienes la hamburguesa- Digo al tiempo que le entrego la bandeja.

-Se ve increible- Exclama al tiempo que le da un pequeño mordisco.

-Claro que si, la hice yo después de todo.

-Eres engreído cuando tratas de impresionarme- Agrega con una sonrisa.

Sonrió al tiempo que me siento en la parte inferior de la cama y atrapo uno de sus pies para ponerlo sobre mi pierna, mis dedos se mueven con audacia por su tobillo, recorriendo las partes exactas de su piel.

-Mmmm- Suelta deleitándose tanto por el masaje como por la hamburguesa.

-No hagas eso...sabes que últimamente me excito con facilidad- Agrego y ella se ríe por lo bajo seguramente recordando cuando la hice mía en la casa de Poseidon.

Me había excitado la forma en que ella se agachaba a recoger un pdevuel por lo que al ver que iba al baño aproveche y lo hicimos en la habitación de invitados que se encontraba cerca. La cara de espanto de Poseidon y la cara de indignación de Anfetrite no tenian precio, Hera y Zeus se reían cómplices ante la escena.

-No es mi culpa que me guste el masaje- Dice mi hermosa princesa trayéndome devuelta a la realidad.

-¿Puedo preguntarte algo?- Inquiero y ella asiente mientras continua disfrutando de mi exquisita hamburguesa. -¿Tifón te hablo de algo?- Pregunto sin dejar de masajear su pie.

-Si, me hablo de cuando era niño, como todos lo despreciaba y y temían, me hablo de lo lindo que eras con él...me hablo de todo lo que lo molestaba y del porque te tiene algo de rencor...

UN AMOR GRIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora