Recuerdos sobre un bebé

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Una semana después.

No hemos podido dar con el paradero de Tifón quien fue visto cerca de la entrada del Inframundo hace dos días pero escapo rápidamente al sentir que tanto Tanatos como yo nos acercábamos.

"¿Queria ver a Perse o a su hijo?", no es como si Cerbero no extrañara a su padre pero que Tifón se acerque a escondidas no me tranquiliza del todo.

Ahora me encuentro en la oficina con Hecate tratando de encontrar la posible causa de el acercamiento de Tifón y donde podría estar. Todos queremos encontrarlo aunque por motivos diferentes, Zeus quiere volverlo a encerrar, Hera quiere volver a ver a su supuesto hijo, Ares quiere vengarse por lo que le hizo a Afrodita el día de la fiesta, Perse quiere verlo porque es como su hermano, Poseidon...bueno, según él sólo quiere ver que haremos cuando lo encontremos, es decir solo quiere ser un espectador del caos y yo estoy esperando aclarar las cosas con él.

Me equivoque, lo lastime y ahora quiero pedirle perdón por todo el daño que ha sufrido de nuestra parte. Aun recuerdo cuando era un bebé que a penas estaba aprendiendo a caminar. Ese día había ido a una reuniendo que tenia prevista con Zeus pero no pude evitar la tentación de dirigirme hacia el niño que se encontraba en el jardín junto con Hera y Ares quien no era mucho mas grande
Tifón vestía solo con un pañal de trapo, sus ojos verdes brillaban, sus serpientes se agitaban cada vez que sentían que el niño iba a caer pero no sucedió al menos por un rato, Tifón pisaba de manera insegura como cualquier niño cuando esta aprendiendo algo nuevo, sus deditos eran extraños, eran cabecitas de dragones y su piel escamosa como la de una serpiente...era un niño raro, ante los ojos de casi todos los dioses era un monstruo para mi era un niño que era diferente al resto.

-Parece que le agradas- Dijo Hera al ver que el niño caminama hacia mi con una sonrisa.

-Bueno, el sentimiento es mutuo- Confesé mientras alzaba al niño y lo elevaba en el aire robándole una risita.

Era bueno, tenia cierto encanto que no cualquiera podía percebir pero yo me tome el tiempo para detallarlo, tan pequeño, tan frágil, tan frustrado...ese bebé no tenia ni dos años y ya mostraba una expresión de frustración y estrés que me hacia preocpar. Tifón no podía jugar con sus hermanos ya que si unos no estaban cumpliendo con su trabajo los otros lo tenian prohibido pues Zeus pensaba que Tifón podría lastimar a los otros niños.

Ese día en que vi al pequeño Tifón tratando de caminar hacia mi y lograndolo aunque de manera torpe, me di cuenta de que necesitaba de mi tanto como yo de él, descubrí que compartíamos los mismos gustos, que solía llorar cada vez que escuchaba a Zeus y Hera discutir por lo que se escondía atrás de la puerta de su habitación.

Una tarde en la que llegue de visita escuche la acalorada discusión entre Zeus y Hera por los que opte por no saludarlos y en su lugar decidí ir a buscar a Tifón, no lo encontré por ninguna parte y justo cuando fui a buscarlo en el lugar mas obvio, lo encontré, atrás de la puerta de su habitación, sentado, con las rodillas pegadas a su pecho mientras las abrazaba con sus brazos y ocultaba su rostro en ellas. Él sabia que yo estaba allí y sin embargo no me dirigió la palabra, ni siquiera me miro cuando lo levante del suelo y me acosté con él en su cama dejando que llorara contra mi pecho hasta quedarse dormido.

Después de eso iba a visitar a Tifón todas las tardes para jugar, hablar y enseñarle ciertas cosas pero sobretodo para evitar que siguiera escuchando los pleitos en su casa, conmigo se la pasaba jugando y riendo todas las tardes, me quedaba con él hasta altas horas de la noche esperando a que Tifón se quedara dormido.

-Hades- Me llama Hecate sacandome de mis recuerdos.

-Te escucho.

-Deberías ir a descansar, Persefone debe de sentirse sola.

UN AMOR GRIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora