A buscar a mi prometida

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Despierto al sentir unas leves palmaditas en mi vientre, al ver de quien se trata no logro evitar sonreír y notar que estoy en el Olimpo.

-Hola Hebe- Digo mientras me incorporo.

Zeus, Hera, Poseidon y Hecate corren hacia mi para ver como me encuentro.

-¿Estas bien?- Inquiere Hera mientras trata de no llorar.

-Me duele- Digo mientras trato de no llorar aunque es inevitable.

-Te dare una posima para que tu cuerpo no sienta dolor- Agrega Hecate mientras sale de la habitación.

-Tranquilo, Hecate te dará algo para calmar el dolor- Dice Zeus mientras se sienta junto a mi.

-No me duele el cuerpo, ¡me duele el alma!- Grito con las lágrimas rodando por mis mejillas.

Veo que mis manos me tiemblan de impotencia al recordar lo sucedido pero a pesar de todo me alegra que Persefone no este sola con Apolo y que Tifón este con ella. Hera me abraza para consolarle al igual que Hebe.

-No llores tío- Pide ella a punto de llorar.

-Zeus, sacala no quiero que me vea asi- Pido mientras trato de ocultar mi rostro en el hombro de Hera.

Zeus alza a Hebe y la saca de la habitación a pesar de las protestas de la niña quien ya se encontraba llorando, Poseidon se sienta junto a mi y me abraza, "dioses, ni todos los abrazos del mundo podrán ser tan cálidos como los de mi amada". En ese momento se abre la puerta de golpe por los que todos se apartan dejándome ver a una furiosa Demeter.

-Dejenme a solas con ella- Pido y todos lpos demás salen de la habitación cerrándola tras de si.

Me levanto de la cama y ella camina hacia mi con paso firme y rápido.

-¡Eres un maldito idiota!- Grita mientras me da golpes en el pecho desnudo ya que solo llevo un pantalón. -¡Mi pequeña Persefone, mi dulce bebé esta en garras de ese monstruo!- Chilla mientras las lágrimas caen por su barbilla y sus golpes pierden fuerza.

Ella pierde el control y rompe a llorar con ganas para dejar ir su frustración, apoya su cabeza en mi pecho por lo que la abrazo para reconfortarla.

-Era...mi bebé- Solloza y siento un escalofrío al sentir como rodea mi torso con sus brazos.

"Me...me esta abrazando".

-Es tu bebé, sigue siendo tu hija- Digo y ella se separa un poco solo para verme con algo de enfado.

-No debiste llevartela- Gruñe sin apartarse.

-No debiste dejar que se casara- Digo y ella vuelve a llorar de manera desconsolada.

Nunca la había visto llorar, ella jamas permitió que la viéramos asi aun estando en el interior de nuestro padre, siempre se mantuvo fuerte y ahora lo hace como si fuese una niña indefensa, lo que mas me duele es ser yo el culpable de su desdicha.

-Apolo la queria, desde pequeña le había ayudado con sus poderes- Explica mientras me obliga a sentarme en la cama y ella se sienta a mi lado.

-¿Puedo saber como la ayudo?- Pregunto y ella asiente mientras se seca las lágrimas.

-Persefone estaba algo insegura porque sus plantas no tenía el aspecto que ella queria, eran algo marchitas y enfermas, eso se debía a que ella no tenia confianza en si misma, Apolo fue quien le ayudo a recuperar esa confianza, el hizo que la temperatura del sol junto con sus rayos fueran mas que perfectos y espero a que Persefone volviera a intentar, ella salio como todos los días y hizo que creciera un rosal hermoso. Debiste ver su cara de alegria- Agrega con una sonrisa mientras recuerda ese momento.

UN AMOR GRIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora