Primera vez

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Dos días después.

Llego al bosque donde Persefone suele ver las flores y allí la encuentro, sentada en el césped y sosteniendo un hermoso narciso.

-¿Adivina quien soy?- Pregunto después de cubrir sus ojos.

-Eres el amor de mi vida- Responde mientras lleva sus manos para acariciar las mías.

-Y ese es...

-Hermes.

-¡¿Que has dicho?, ¿Hermes es el amor de tu vida?!- Inquiero un poco enfadado al tiempo que me siento frente a ella.

-No seas celoso, tu eres el amor de mi vida- Agrega con una sonrisa

-Te extrañe- Digo mientras atrapo su rostro entre mis manos y la beso con suavidad.

-Mi madre esta de viaje asi que podemos pasar el día juntos- Agrega mientras se pone en pie.

-¿Quieres ver mi casa?- Pregunto mientras me levanto.

-Al menos disimula tus ganas de tenerme en la cama- Suelta con una risa encantadora.

-Bueno, si no quieres...

-Yo nunca dije que no- Dice mientras me toma de la mano.

-Vamos.

Llegamos a mi casa mas específicamente a mi sala, Persefone observa el lugar y logro ver que esta fascinada.

-Espera aqui- Pido y ella asiente
Después de unos minutos termino de arreglar mi sorpresa por lo que vuelvo a la sala donde esta mi amada diosa, Persefone se encuentra sentada en el sofá y sostiene entre sus manos un retrato de cuando era niño.

-¡Eras hermoso!- Exclama al ver que me siento junto a ella.

-¿Era?, no se si sentirme alagado o ofendido- Agrego divertido.

-Eras hermoso, ahora eres divino- Dice y yo sonrió mientras me levanto.

-Ven conmigo pero necesitó que cierres los ojos- Pido y ella me mira con una desconfianza fingida para luego cerrarlos.

La alzo estilo nupcial y veo como se sonroja haciendo que en mi nazca un deseo insaciable de hacerla mía. La llevo hasta mi habitación y delicadamente empiezo a besar su rostro.

-¿Puedo abrirlos?- Pregunta con una sonrisa.

-Si- Respondo.

Logro oír un pequeño grito de emoción al ver como decore la habitación la cual es de tonos oscuros, en el suelo hay varios pétalos blancos tantos que parece una alfombra, en la cama hay otros que forman un corazón sobre la frazada de color azul oscuro, en el lugar también coloque velas aromáticas y varios floreros con diferentes tipos de flores.

-¿Te gusta?- Inquiero mientras observo su hermoso rostro.

-Es...maravilloso- Responde para luego besarme.

Nuestro beso es solo un roce que nuestros labios interpretan pero poco a poco lo profundizo. Me acerco a la cama y suavemente dejo a mi princesa sobre la cama para luego ponerme sobre ella. Persefone rodea mi cuello con sus brazos y mis manos tan inquietas, tan independientes como si tuvieran mente propia empiezan a acariciar sus piernas, ella emite un leve y casi silencioso gemido pero me aparta al sentir como mi mano derecha asciende por debajo del vestido.

-No dolerá, ¿verdad?- Pregunta y no logro evitar sonreír ante su inocencia.

-Solo un poco pero te prometo que el dolor valdrá la pena- Respondo y vuelvo a besarla.

UN AMOR GRIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora