Me encuentro en mi oficina terminando de revisar ciertos balances que por todo lo divino, no están ni cerca de ser comprendidos, el ingreso excesivo de almas ha hecho que el sistema se colapse al punto de que ya no sabemos cuales son las almas nuevas y las antiguas. Todas quieren ser atendidas, todas quieren saber su destino pero ninguna quiere esperar y es por eso que le he pedido a Tanatos que me ayude en cuanto a juzgar a las almas.
Queria que Persefone me ayudara pero con eso del embarazo le he prohibido hacer cualquier esfuerzo ya que el bebé la mantiene algo débil, hace un rato estaba escribiendo por el grupo pero he tenido que guardar el celular al ver la montaña de papeles que Hecate ha dejado sobre mi escritorio.
-Necesitamos hacer una reunión con los tres jueces, con Tanatos y con Hipnos- Dice mientras me observa con el ceño fruncido.
-Ya se, he descuidado el trabajo- Digo al adivinar lo que le pasa por la mente.
-Descuidar el trabajo es una cosa, no hacer las cosas para las que se supone estas existiendo, es otra- Me regaña y hago una mueca de desagrado ante sus palabras.
Yo nunca pedí estar gobernando el Inframundo, simplemente paso y ya, antes lo goberné y di lo mejor por él ya que no tenia nada mas, estaba vacío y viviendo en la sombra de la depresión por lo que me era mas facil distraerme con trabajo pero ahora, cuando Perse llego a mi vida se volvió todo para mi, mi mundo, mi aire, mi tiempo...mi todo, sin ella mi vida seria una completa desgracia y ahora que me ha regalado la dicha de ser padre mejor aún, mi mente y corazón están para ella, están para mi bebé, están para ellos. Hace mucho que mi tiempo, mis pensamientos y mi ser dejaron de ser mios, ahora son de ellos y no puedo hacer nada para recuperar lo que me han arrebatado a base de besos, de caricias, de alegría, de pequeñas pataditas en mi mejilla.
-¿Sabes lo feliz que estoy al ser padre?.
-Hades, no te estoy pidiendo que te alejes de tu familia, solo te pido que repartas tu tiempo- Me regaña Hecate mientras se cruza de brazos para mostrar lo molesta que esta.
-Hecate, paso las mañanas y las tardes aqui...
-Tu cuerpo si pero tu mente no, apuesto que solo piensas en volver a casa para meterte en la cama con Persefone.
Al oír sus palabras no logro evitar sonreír pues es justo lo que estoy pensando, llegar a casa, tomar un ducha fria, quedarme solo en ropa interior, acostarme junto a Perse quien muy seguramente estará desnuda, abrazarla, besarla y hablarle sobre lo mucho que la amo hasta que ella se quede dormida, en el momento en que mi esposa se duerme me dirigirme a su vientre para besarlo, acariciarlo y contarle a mi bebé lo emocionado que estoy por su llegada.
-¿Te haría sentir mejor si te digo que seras la madrina de mi bebé?- Pregunto con una sonrisa valiendome de esta jugada desesperada para evitar mas regaños.
-Mmmm, puede ser...escucha, jugaste bien tus cartas asi que por ahora te dejare quieto y programare la reunión para mañana- Dice para luego caminara hacia la puerta. -Hades. Con gusto seré la madrina de tu felicidad- Agrega con una sonrisa para luego salir.
-A Hera no le va a gustar que la madrina de tu primogénito sea ella- Dicen y veo a Zeus sentado en el sofá.
-Tiene razón- Agrega una voz junto a mi y al girarme me encuentro con la cara de Poseidon a escasos centímetros de la mía por lo cual doy un salto y caigo de la silla.
-Malditos bastardos- Gruño mientras me levanto. -¿Que hacen aqui?- Pregunto con enfado al ver que se dan los lujos de venir cuando se les antoja.
La seguridad aumento drásticamente pero he permitido el acceso a un pequeño grupo de personas como Zeus, Hera, Poseidon y Ares, ellos pueden entrar sin necesidad de anunciarse pero creó que se lo toman demasiado literal.
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UN AMOR GRIEGO
RomanceDime que no tenias hambre ese día. Dime que no es por lo que tienes que quedarte Convenceme de que tu quieres estar aquí; Que no es mi trato lo que te mantiene tan cerca. Tu me elegistes a mi. Tu me amas. No hay necesidad de hablar, yo se porque te...