No siempre el mas guapo tiene buenas intenciones

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Persefone

Al ver que Hades se había marchado a ver a sus hermanos, me levantó y me visto de la manera mas cómoda posible, elijo mi vestido plateado con detalles dorados y me encamino a pasear por el Inframundo.

-¡Tanatos!- Grito mientras camino por el pasillo para bajar las escaleras.

Al llegar al salón del trono veo a unos espectros sirvientes de Hades que están limpiando el lugar.

-Oye, ¿sabes como puedo encontrar a Tanatos?- Pregunto a uno de los espectros que tenia la forma de un hombre de treinta o cuarenta años aunque estaba casi transparente y desprendía un brillo azulado.

-Señor Tanatos, esta juzgando las almas de los desdichados que han perdido la vida, si fueron buenos tendrán una eternidad llena de paz pero si fueron malos...pobres de aquellos que no cumplieron con buenos propósitos sus vidas- Dice sin siquiera mirarme mientras barre el suelo.

No entendí nada de lo que quiso decir asi que decido alejarme hacia el recibidor y salgo del castillo.

-¡Tanatos!- Grito con toda mi fuerza mientras observo la inmensidad oscura que es el Inframundo.

-¡Deja de gritar!- Me regañan y veo al ser de piel blanca aparecer junto a mi.

-¿Te puedo pedir un favor?- Pregunto mientras lo observo con una sonrisa.

-No, no estoy para hacer favores, estoy ocupado en mi trabajo y tu me obligaste a dejarlo- Me regaña mientras se cruza de brazos.

-Yo no te dije que lo dejaras.

-Pues tuve que hacerlo por tu incesante ruido, no puedes gritar aquí, hay almas que no están acostumbradas aun al Inframundo y lo único que provocas con tus gritos es ponerlas nerviosas- Explica mientras me observa con enfado.

-Lo siento, solo quiero que me lleves a los Campos Celiceos- Pido y él me observa como considerándolo.

-Bien, te llevare pero te quedaras allí sola mientras que yo vuelvo a mis obligaciones, no te metas en problemas y si necesitas de mi presencia, toma- Agrega para darme un papel con su numero telefónico.

-Lo prometo, seré buena- Digo y él me toma de la cadera estrechándole contra su cuerpo para luego desplegar sus enormes alas y alzar el vuelo.

Llegamos a los Campos Celiceos tan hermosos que lo primero que hago es corre hacia un arroyo para sumergir mis pies en este.

-Tanatos, ven a acompañarme- Pido mientras pateo el agua haciendo que esta salpique.

-No, ya te dije que debo trabajar, vuelvo en un par de horas asi que trata de no causar problemas- Me advierte para luego irse.

Camino por un pequeño sendero que lleva hacia un hermoso prado lleno de flores en donde encuentro varios poetas y filósofos pero no me acerco a ellos ya que se encuentran discutiendo sobre un tema que no logro comprender, llego hasta un pequeño lago y decido tomar un baño, me desvisto hasta quedar completamente desnuda y me sumerjo en las cálidas y cristalinas aguas tan relajantes.

-Hola Persefone- Dicen y al abrir los ojos veo a Adonis quien me saluda desde la orilla.

-Hola Adonis, pensé que no volvería a verte.

-Bueno, el servicio fue rápido asi que me juzgaron y me enviaron aquí, espera, voy a bañarme contigo- Dice para luego desvestirse hasta quedar desnudo.

"Hades es mucho mejor aunque Adonis es muy guapo".

Adonis se sumerge y empieza a nadar hacia mi, cuando sale a la superficie su rostro esta tan cerca del mio que puedo sentir el frío que desprende su cuerpo.

UN AMOR GRIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora