Al borde de un abismo

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Un mundo, un mundo en donde muchas veces no quieres estar, en donde quisieras ser solo tú para que nadie hable a tus espaldas y saber la diferencia entre a los que de verdad le importas y los hipócritas que dicen ser tus amigos, amigos en los cuales alguna vez confiaste y hoy en día te traicionan, o se van cuando más querías su apoyo.

Muchas veces creemos en los demás, sin pensar que con el tiempo nos pueden olvidar se convierten en extraños y es ahí cuando dejamos de confiar en alguien y se nos es difícil confiar en alguien más, hasta en nosotros mismos. Nos dejamos llevar por lo que nos dicen, aunque sus palabras no sean ciertas, no buscan el momento indicado para decir lo que hacemos mal, simplemente te recalcan cada error que cometes haciéndote sentir culpable; hacen que dudemos de nosotros mismos. Es verdad, cada quien es responsable de lo que dice, hace o quiere oír, pero para los débiles es difícil continuar sin los comentarios que los demás hacen, nos centramos en ellos y no en nosotros, en que tenemos que superarnos y seguir adelante, no avanzamos y si nos caemos no nos levantamos.

Pensar por un momento. ¿Qué es lo que estaría bien para los demás? ¿Habrá respuesta para eso?

Sentir angustia ya que gritas y no te escuchen, miras y no hay nadie que te brinde la mano, es ahí, en ese momento en donde necesitas alguien a tu lado, alguien que se quede a pesar de tus errores, sin que le importe lo malo que hayas hecho, pero que siempre esté a tu lado, aun cuando el resto te haya dado la espalda.

Sentir que el mundo está en tu contra es como sentirte acorralada al borde de un abismo a punto de caer, hay muchas preguntas que todos nos hacemos, preguntas que para algunos es fácil responder pero que para otros nos es difícil encontrar respuestas.

Estamos en una esfera enorme, llena de personas las cuales al verlas desde lo alto parecen hormigas, hormigas a las que podemos aplastar sin dificultad, sin escuchar sus gritos de auxilio, gente a las cuales pedimos ayudas pero nos cerraron todo, puertas, corazón y manos. Las personas en las que tú confías, dicen acompañarte en las buenas y en las malas, debes aprender a distinguir entre quiénes son sinceros y quiénes no.

Hoy en día hay decisiones en jóvenes, decisiones lamentables, errores que comenten perforando su vida, dejando un vacío en sí mismos, mientras las personas de su al rededor no entienden por qué lo hacen, ese es su gran error, nunca saben nada, nunca preguntan ni abren un espacio para que podamos confiar en ellos, o tal vez nos han fallado diciendo que no lo harían.

Todos tenemos esa sensación y empezamos a hacernos preguntas como:

¿Somos importantes en sus vidas? ¿Me escuchan? ¿Les importo?

La respuesta muchas veces está en demostrar, no en decir, como se suele decir: Demostrar con hechos lo que decimos con palabras.

Esperaré por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora