Al salir de la ducha me sequé el cabello con una toalla y me puse un albornoz, ahora entendía por qué Nathan me había pedido que guardara silencio la primera vez que estuve aquí, nunca llegué a imaginar que todos ellos estaban aquí, son unos chicos geniales, me la he pasado muy bien y se nota que son de las personas que te ayudan cuando estas en algún aprieto.
—Maldita sea ¡Sal de aquí! No me apetece hablar con nadie así que haz el favor de salir por esa puerta e irte a donde no pueda verte—grité histérica señalando la puerta, es que no se cansa de entrar sin antes tocar, bien, acepto que es su casa, pero qué pasó con mi espacio.
Pero no lo hace, no se aleja en lugar de eso se acerca más y más, retrocedo a cada paso que da hacia mí pero mi paso queda bloqueado por la pared.
—Retrocede Nathan—digo mientras mi respiración se acelera al sentirlo demasiado cerca, coloca una mano por encima de mi hombro y lleva la otra hacia el cinturón del albornoz.
— ¿Segura que quieres que lo haga?
Muerdo mi labio inferior, mi albornoz está semiabierto y sus ojos penetrantes me observan, nos miramos fijamente a los ojos y no pude evitar besarlo lentamente, introduce lentamente su lengua acariciando la mía, se acarician, tomo una de sus manos y la llevo a mi pecho y mi pezón se endurece por aquel contacto, lo presiona a su gusto y mi vientre se contrae, lentamente nos dirigimos a la cama y me encanta la suavidad con la que baja la mano lentamente por mi abdomen hasta llegar a mi vientre, necesito que siga y me muevo un poco, llega a mi punto de placer y empieza acariciar mi clítoris haciendo que sienta cómo se hincha, levanto un poco las caderas para que siga y lo hace introduce un dedo y luego otro, muy despacio, continúo besándolo y empiezo a quitarle la camiseta sin quitarle la mirada, muerdo mi labio inferior al ver aquel dorso desnudo, cómo se marca aquella V que tanto me gusta, me acerco y tomo sus labios mientras bajo mis manos lentamente por su pelvis y desabrocho el pantalón libero su miembro erecto listo para mí, me ayuda con sus pantalones, se aleja un poco dejándome una mejor vista de su cuerpo, bajo lentamente su bóxer y mi respiración empieza a entrecortarse, termina de quitarme el albornoz y abre lentamente mis piernas para un mejor acceso, lleva una mano a mi pecho y con la otra empieza a acariciar nuevamente mi clítoris haciéndome remover de pasión. Lo necesito dentro de mí. Nunca había deseado a ningún hombre de tal manera, agarro su miembro mientras continúo besándolo y lo acerco a mi interior, se separa un poco y sonríe maliciosamente, hunde su miembro en mi interior y gimo de placer, abro mis piernas un poco más para que pueda entrar mejor y siento cómo me llena, atrapa mis labios para apaciguar con ellos mis gemidos, entrando y saliendo, clavo mis uñas en su espalda y lo empujo hacia mí para que continúe. Siento que voy a enloquecer de placer. Deja escapar un gruñido de satisfacción, me arqueo al sentir su embestida y nos movemos una y otra vez para alcanzar lo que queremos, al llegar juntos al placer, ambos nos arqueamos al mismo tiempo y cae rendido sobre mí con cuidado de no aplastarme, me acurruco con él aún dentro de mí y siento sus labios besar mi frente.
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Esperaré por ti
Humor-¿Confías tu nombre a un desconocido y no a mí? -¿Por qué tendría que confiar en ti? - Porque fui yo quien te salvó la vida, niña. Juliette está a punto de cometer un error, pero en el momento menos esperado se encuentra con Nathan, un apuesto model...