Odio, resignación, indignación y decepción

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Ahora entendía  por qué Nathan no subía, en el salón estaba mi padre, un chico alto, simpático y de mi edad. No lo podía creer, delante de mí estaba la persona que iba a ser mi esposo, se me vino a la mente la escena en la que discutí con mi padre. Había tomado decisiones por mí. Estaba atada a alguien que ni si quiera conocía. Recordé que mi madre entró a mi habitación para informarme que mi padre quería hablar conmigo, al llegar encontré a la misma persona que está ahora junto a él. Me informó que será mi futuro esposo. Ahí me di cuenta que estaba realmente quebrado y que me estaba usando para salvar su empresa.

Mis lágrimas rodaron por mis mejillas y vi a Nathan, en sus ojos había decepción y ni si quiera se atrevía a mirarme.

—Nathan, tienes que escucharme, te lo puedo explicar todo—dije suplicante.

— ¿Todo era una mentira? Dime, de todo lo que dijiste ¿Qué fue verdad? —preguntó airado.

Me quedé en silencio, todos estaban en el salón Luz, Ian, Aarón, Ben y Sean.

—Quiero que te vayas de mi casa—dijo Nathan sin mirarme.

—Nathan, por favor…—dije acercándome a él, pero en ese momento me dio la espalda.

—Vete. ¡Ahora! —gritó.

Miré a mi padre con rabia, me sequé las lágrimas y subí a la habitación donde tenía mi ropa. Decidí no llevarme lo poco que tenía ahí, mis lágrimas volvieron  rodar por mis mejillas al recordar la propuesta de matrimonio de Nathan.

Salí de la habitación, me despedí de los chicos y de Luz que continuaba llorando.

Me acerqué hasta mi padre que conociéndolo sonreía por dentro.

—Te odio, eres el ser más despreciable que he conocido.

Me disculpé con todos y salí de la casa.

Al llegar a casa me encerré en el cuarto, y lloré hasta quedarme dormida, todos empezaron a hacer los preparativos de la boda que se celebraba el día sábado. Miraba con odio a mis padres. Lo único que les interesa es el dinero. 

Esperaré por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora