Estamos en el centro comercial, subiendo los ascensores, no hemos hablado acerca de la fiesta, ni por qué quiere que yo lo acompañe, pero la verdad, no deseo saberlo, por alguna razón en Nathan me siento protegida y que no corro ningún peligro, aunque no fíe mucho de él, hasta ahora no ha preguntado sobre mis problemas personales y se lo agradezco, no quiero ni tocar el tema.
Tras largas caminatas y comprar ciertos detalles veo que no se preocupa por el dinero, ha de tener un buen trabajo o a lo mejor padres que lo mantienen, ese pensamiento me hace sonreír, me lo imagino pidiendo dinero a sus padres, no lo veo en él.
Al entrar a un almacén de vestidos veo algunos que me llaman mucho la atención, y corro al vestidor para probármelos, al estar en el espejo me doy cuenta que necesito ayuda con un vestido muy apegado en el abdomen, al asomarme para llamar a la chica que vigila, no la veo, al único que veo es a Nathan jugueteando con un colgador. Le hago señas para que se acerque.
—Necesito ayuda. —No puedo creer que se lo vaya a pedir, pero ¿Dónde demonios están las que atienden a las compradoras?—. Sube el cierre, mientras yo presiono.
—Bien.
Al ajustar el vestido, posa la mano en mi espalda y lentamente va subiendo el cierre, mientras lo sube va rozando mi piel con sus dedos, al llegar hasta el final, me toma de la cintura, me voltea hacia a él y me acerca aún más, lo tengo tan cerca, que huelo el perfume que lleva. Me encanta, mi respiración se empieza a entrecortar y con su mano aparta mi cabello de la oreja, pasa sus dedos por mis hombros descubiertos y al acercarse a mi oído dice:
—Este está muy provocativo, me gusta pero no será para la fiesta. Elige otro. Te espero fuera.
Al salir, me doy cuenta que estoy nerviosa, mis vellos están irisados ¿Qué me ha ocurrido? ¿Por qué siento esa necesidad de repente de besarlo? Me quito esa idea lo más rápido de la cabeza.
Al final nos decidimos por un vestido negro, con un escote en la espalda menos provocativo que el anterior y de mangas largas, protesto porque no es de mi gusto y Nathan me repite que yo tenía que aceptar lo que él me pidiera, ese era el trato.
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Esperaré por ti
Hài hước-¿Confías tu nombre a un desconocido y no a mí? -¿Por qué tendría que confiar en ti? - Porque fui yo quien te salvó la vida, niña. Juliette está a punto de cometer un error, pero en el momento menos esperado se encuentra con Nathan, un apuesto model...