CAPITULO 15 - El Incidente

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Aurora miró los pasos de Darío deteniéndose a unos pies del escritorio.

"Te admiro de verdad." dice el conteniendo una sonrisa mirando a su alrededor. "Mira que dejar el penthouse en Nueva York, la vida que te dabas en París... y las playas del caribe a mi cuenta claro, por esto? Un miserable pueblo."

"Eso a ti no te incumbe."

"Quizás." sonríe cínicamente "Pero si despierta mi curiosidad. Y me pregunto cuánto dinero debe de haber de por medio, para que mi dulce ex esposa esté viviendo con la familia a la que le guarda tanto resentimiento?"

Aurora lo miró en silencio, mientras a la puerta aparecía Don Nicolás repentinamente atrapando la mirada de su hija.

"Perdón." dice interrumpiendo. "No sabia que..." reconociendo a Darío. "Doctor Montes, que lo trae por aquí?"

"Don Nicolás, como le va?" dijo extendiéndole la mano. "Tengo entendido que hoy trasladaran a su nieto a la hacienda y quise adelantarme para recibirlo."

"Ah, y ustedes se conocen?"

"Somos viejos conocidos." se adelantó Aurora a decir, robándole las palabras a Darío que volteara a verla descaradamente. "Coincidimos unas cuantas ocasiones en algunos eventos en Nueva York."

*

Establos de la hacienda...

Andrés dejó escapar una risa mirando la seriedad con la que Vicente lo veía.

"Tu de verdad crees que Aurora Olivier va poner los ojos en un simple veterinario como yo? Por dios Vicente, pareciera que ni la conocieras."

"Sé de la cierta simpatía que despiertas en las mujeres de esta familia, y tu sabes perfectamente de que te estoy hablando. Así que más vale que mantengas tu distancia si sabes lo que te conviene. Lo digo por tu bien."

Esa simpática sonrisa que Andrés lograba mantener, levemente se desvaneció al ver a Vicente alejarse.

*

Dispensario del Pueblo de San Francisco de los Reyes

"Le da estas gotas, dos veces al día con comida. Y vuelve el próximo lunes." dice David saliendo de su consultorio acompañado por una joven campesina y su anciano padre.

"Gracias doctor." dice la joven tomando el frasquito.

"Cuídese mucho Don Juan. Y nos vemos el lunes."

"Dios se lo pague doctor." dijo el anciano.

Ellos desaparecieron por la salida, dejando a David que volvía al papeleo del día todo desorganizado sobre el mostrador de la sala de espera.

"Veo que se te acumulo el trabajo."

José María estremece la concentración de su hermano menor.

Sonríe. "Unos días de ausencia y ya ves."

"Para eso estoy aquí precisamente. Con una solución a tus problemas. Conozco a alguien que quizás te podría ayudar aquí por lo menos hasta que te consigan una nueva enfermera."

"A si? No me vayas a salir con Chayito, la que te hace el aseo de la casa porque la pobre mujer."

"Su nombre es Soledad, es madre soltera. Acaba de llegar al pueblo, y esta necesidad de un empleo. Andrés y yo creímos que quizás tú le podrías dar algo."

"Andrés?" sonrió amargamente. "Y que tiene que ver el sinvergüenza de nuestro hermano?" dice en un tono de broma.

"Me imagino que son viejos amigos?"

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