CAPITULO 44 - Este Corazon

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"Me vas a negar de que te gusta?"

David sonrió levemente, mirándose los dos fijamente.

"No. No lo voy a negar." le respondió firme. "Estoy enamorado de ella."

"Que tierno." Andrés sonrió acercándose a él. "Solo que hay dos pequeños detalles... es ami a quien ama. Y son mis hijos los que va tener."

"Tú no puedes hacerla feliz... no mientras Victoria siga en tu vida. Y con un hijo en camino dudo que eso cambie."

"Esa es tu estrategia?"

"A ninguna mujer le gusta vivir bajo la sombra de otra."

"Aurora no vive bajo la sombra de nadie. Y si crees que me voy hacer a un lado mientras tu le llenas de intrigas la cabeza estás muy equivocado."

"Yo no necesito hacer nada. Tu solito te hundes."

Andrés se fue en contra de él perdiendo el control tomándolo de la ropa. Quería tumbar esa sonrisita frívola de un solo golpe, pero todos los recuerdos de ellos de pequeños le inundaron la mente. Su propio hermano le había declarado la guerra.

"Perdón." interrumpió la mujer de la limpieza. "Pensé que no había nadie en casa."

Andrés soltó a David bruscamente, volteando a ver a la mujer que tenía cara de susto.

"Adelante Lupe... la señora está dormida en el cuarto de huéspedes. Hágame el favor y no se separe de ella."

"Como usted diga. Pero y la habitación?"

"Déjela así. Yo me encargare."

La sirvienta se retiró e hizo exactamente lo que Andrés le había pedido.

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"Vamos señora coma un poquito más." insistió Lupe mirando que Aurora apenas había tocado el plato de comida. "Mire que esas criaturas lo necesitan."

"¿Y mi marido?" pregunto jugando con el tenedor.

"El señor Andrés estuvo pegado toda la tarde afuera de esa puerta... pero salió hace rato. Me dejó encargado de que me asegurara de que se alimentara bien."

Aurora sonrió amargamente. "Claro." pensó en que él quizás estaría con Victoria. Y el tan solo pensarlo le despertaba nuevamente el coraje que sentía en contra ambos.

"Lupe, creo que ya te puedes retirar."

"Ya? Pero..."

"Pero nada. Ya estoy mejor... puedo cuidarme sola. El estar embarazada no me hace una inútil. Me imagino que tienes una familia que te espera, hijos?"

La mujer sonrió levantando la charola del regazo de Aurora. "Dos. Mujercitas."

"Entonces qué esperas para ir con ellas. Ya es tarde, está hasta oscurecido."

"Lo que pasa es que el señor me dijo..."

"Si fuera tan importante para él, él mismo estaría aquí."

Una guitarra empieza a sonar afuera de la ventana de la recamara de huéspedes, llamando la atención de ambas.

"Y eso?" preguntó Aurora.

La sirvienta se acercó a las puertas del balcón, apartando la cortina discretamente para ver. Formando una cálida sonrisa sobre sus labios.

"Creo que va ser mejor que lo vea por usted misma."

Aurora se intriga levantándose de la cama.

"Este corazón... que aun te adora..." se escuchó con la tocada de la guitarra y la integración de un violín. Aurora descubrió a un grupo de mariachis acompañados por Andrés que les hacía corro.

"Ya está muriendo tarde con tarde... como se muere la luz del día. Ya no puedo más... tu me haces falta." los ojos de Aurora se llenaron de lágrimas. "Vuelve conmigo... alma de mi alma. Mi vida mía... A dónde estás... A donde estás... mátame cielo... trágame tierra... llévame cristo si no vuelves mas..."

El violín tocó suavemente. Mientras la desesperación se empezaba a apoderar de la mirada de Andrés. No había señal, ni movimiento desde donde estaba parado. Aurora le dio la espalda a la puerta recargándose contra ella, secando las lágrimas de su rostro.

"Ya podrás tener... el mundo entero..." siguieron los músicos, viendo en asombro como Andrés escalaba hasta subir al balcón de la habitación. "Y entre tus manos... toda la dicha de otro cariño mejor que el mío. Pero ya veras... que todo acaba... y al verte sola como hoy me siento... siempre hace frío."

"A donde estás..." Andrés cantó con ellos recargándose contra la misma puerta de balcón donde Aurora estaba al otro lado. "A donde estás..." rozó su mano contra el vidrio de la puerta siguiendo la silueta de Aurora del otro lado. "Mátame cielo... trágame tierra... llévame cristo si no vuelves más."

El recargo su frente contra la madera de la puerta, oyendo como con el conjunto de el violín y la guitarra la canción llegaba a su fin llenando el aire de un silencio.

"Te amo." dijo Andrés contra la abertura de la puerta. "¿Me escuchas? Te amo."

La puerta se abrió poco a poco con la figura de Aurora detenida ante ella...

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