CAPITULO 33 - Lo Que No Nos Dijimos

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Casona de hacienda La Oliviera...

"Vamos Aurora... contéstame la llamada maldita sea."

Sofía ha dado varias vueltas por su recámara, presionando un tras otro botón del teléfono inalámbrico con la esperanza de que su hija le tomara la llamada.

"¿Qué haces?" preguntó Don Nicolás entrando a la habitación.

"Intentando comunicarme con tu hija. Pero parece que es incapaz de tomarle la llamada aunque sea a su madre." Tiró el teléfono sobre la cama. "¿Cómo dejaste a Gustavo?"

"Por lo menos logré que dejara de beber. Nunca lo había visto así..." tomó asiento sobre una de las sillas de la habitación.

"Nicolás, hay algo que aún no te he dicho y necesitas saber."

"Acaso hay aún más?"

"Es sobre Aurora." Ella lo miró tomando asiento en la silla opuesta a él. "No se como explicártelo, porque ni siquiera yo logre entenderlo."

"Bueno deja de darle vueltas y dímelo de una vez. ¿Qué pasa con nuestra hija?"

"Resulta que se casó..."

"Qué cosa dices? Con quien?"

"Con el causante de la furia de nuestro hijo... con Andrés Del Valle."

*

Puerto de Manzanillo, México

Darío se bebió su copa ante un intrigado Andrés.

"Se puede decir que tenemos a alguien en común."

"Usted y yo?"

"¿Qué estás haciendo aquí Darío?" dijo Aurora deteniéndose detrás de él, atrayendo la mirada de Andrés.

"Hola querida."

"¿Se conocen?" preguntó Andrés.

"Claro que nos conocemos." Darío se adelantó a decir, contemplando a Aurora de pies a cabeza. "Y bastante bien. No es así cariño?"

"Yo no soy tu cariño." dijo ella fríamente. "Pensé que te había dejado muy claro que no te quería volver a ver, y eso también incluía en pintura."

"No te alteres... que fue una simple coincidencia encontrarnos aquí." el sonrío levemente. "Quisiera tomar la oportunidad de felicitarlos por su recién matrimonio. Por que perdure más que el nuestro..."

*

Casona de hacienda La Oliviera...

"Te puedes retirar Florencia." dijo Gustavo detenido ante el escritorio del despacho.

La joven bajó la mirada obedeciendo. Ella podía sentir la mirada de ese extraño que acabara dirigir hacia su patrón, seguirla hasta salir. Causándole miedo y desconfianza.

"Me dijeron que tú me podrías ayudar a solucionar un problema." Gustavo tiró un paquete de billetes sobre el escritorio. "Como verás no escaseo en dinero, siempre y cuando el trabajo sea bien hecho."

"Usted nomas diga a quién tengo que matar." Ricardo sonrió maliciosamente.

"Por ahora no consiste en matar a nadie, si no en encontrar a alguien. Mi esposa." Tiró una fotografía de ella encima de los billetes. "Estoy seguro que de los límites del pueblo no ha salido. Encuéntrala, y traémela cueste lo que te cueste."

"Usted manda patrón."

*

Puerto de Manzanillo, México

Aurora observaba la seriedad de Andrés que caminaba por delante de ella. Las olas del mar se escuchaban estrellarse contra la arena a unos pies de ellos, mientras seguían su camino a la orilla de playa por un cielo alumbrado de estrellas.

"Bueno... has estado callado toda la cena por lo menos dime algo?" dijo ella rompiendo el silencio. El mismo silencio que los hubiera acompañado toda la velada. "Cualquier cosa, aunque sea mírame."

"Porque me ocultaste que estuviste casada?" preguntó deteniéndose.

"Yo no te oculte nada, simplemente me lo reserve. Darío es una etapa de mi vida de la cual no me agrada hablar."

"Por lo menos pudiste verlo mencionado, no crees?"

"¿Tú mencionaste a Victoria? No verdad?"

"Esta es tu forma de vengarte? Yo te oculte a Victoria y tú al imbécil ese?"

Aurora tomó un fuerte suspiro intentando serenarse.

"Mira tu y yo podemos quedarnos aquí toda la noche reprochándonos lo que no nos dijimos. Pero al final somos dos seres humanos que vivieron diferentes vidas antes de llegar al aquí y ahora. La única diferencia entre lo tuyo y lo mío es que para mi Darío es parte del pasado. Por mientras que tu esperas un hijo con esa mujer. Eso sí que es un poquito más difícil de dejar pasar comparado a un ex que ni siquiera viene al caso, ¿no se te hace?"

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Hotel en Puerto de Manzanillo, México

Andrés tomó unos pasos por la recámara de la suite llegando a la puerta del baño privado donde se encontrará Aurora pensativamente sumergida entre la tina llena de espumas.

"Hola." dijo ella al verlo.

El sonrío levemente recargándose contra el arco de la puerta para contemplarla.

"Hola."

"¿Ya estás más calmado? O has venido a seguir defendiendo tu causa?"

Se desprendió del arco y camino...

"He venido a disculparme." dijo deteniéndose ante la bañera sentándose en el piso a un lado de ella. "Soy un bruto lo sé... pero este bruto está completamente enamorado de ti." su mano se estrechó a acariciar su rostro. "Y la idea que tu puedas compartir un pedacito tuyo con otro me vuelve loco de celos."

Ella sonrió con alivio mirándolo a los ojos.

"Que ironía... porque eso mismo siento yo."

"

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