CAPITULO 63 - Muerta

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Comandancia de San Francisco de los Reyes

"Padre, cómo le va?" Uno de los oficiales se acercó hacia José María que traía a la pequeña Daniela de la mano. "¿Que lo trae por aquí?"

"Quiero hablar con el Comandante."

"El no se encuentra en este momento."

"Y va tardar?"

"Huy. Eso es difícil decirle... anda con la desaparición de el niño Olivier y la esposa de su hermano. Recibieron una pista. ¿Le puedo ayudar yo con algo?"

"Si. Quiero reportar la desaparición de una mujer. Soledad Gutiérrez."

*

"Lo que acaban de decir es inconcebible." Don Armando no sabía qué pensar. Estaba en completo asombro.

"¿Lo crees?" dijo Andrés con una leve y amarga sonrisa. "Fátima tiene suficientes motivos para querer desquitarse de mi... de Victoria y Aurora."

"Si. Pero llegar a estos extremos?"

Unos fuertes golpes se escucharon contra la puerta principal. David fue y abrió, dos oficiales junto con el Comandante entraron.

"Señores..." dijo él quitándose el sombrero. "Señora Olivier."

"¿Hay noticias de mi esposa? El niño?" se adelantó a preguntar Andrés.

El Comandante detuvo sus pasos mirando la desesperación en la mirada de Andrés.

"Lamentablemente si." dijo forzando las palabras a salir de su boca. "Y digo lamentable porque no son buenas Sr. Del Valle. Mis hombres encontraron el cuerpo de una mujer. La corriente del río la llevaba... " Del bolsillo de su chamarra extrajo una pequeña bolsa de plástico, que le entregó a Andrés. "¿Reconoce alguna de estas prendas?"

Andrés tomó la bolsa transparente entre sus manos, en su interior estaba el anillo de matrimonio de Aurora y la medalla de su madre...

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Dispensario San Francisco de los Reyes

Andrés entró a un cuarto oscuro y frío. Delante de él estaba una camilla. Y sobre una sábana blanca se podía distinguir la silueta del cuerpo de una mujer. En sus manos apretaba la bolsa que aguardaban las prendas.

"No..." dijo Andrés inmóvil sus ojos inundados en lágrimas. "Esta no es mi mujer. No puede ser..."

"Yo sé que es difícil. Pero es necesario. Le advierto que el rostro sufrió golpes, bastante fuertes... se lo digo porque puede ser que sea algo irreconocible." dijo el Comandante dándole la orden a la enfermera de levantar la sabana.

"No..." dijo Andrés interrumpiendo. "Quiero hacerlo yo."

Tomó unos pasos hasta detenerse a un lado del cuerpo.

"Como usted desee? Le daremos unos momentos."

El Comandante salió de la habitación junto con la enfermera. Dejando a Andrés en su lugar. Este miró el cuerpo de pies a cabeza con un profundo miedo antes de tomar la sábana y levantarla...

*

Tierras de La Oliviera...

"Creo que los perdimos." dijo Aurora intentando recuperar su respiración. Sebastian y ella estaban completamente empapados de agua y fuera de respiración. Habían logrado cruzar el río. Pero esos hombres aún estaban tras de ellos...

"Tenemos que seguir." Aurora miró al niño. "Crees que puedas?"

El niño asentó con la cabeza.

"Vamos mi vida." dijo Aurora tomando la mano del pequeño nuevamente.

"Espera... tía." los dos congelaron sus pasos escuchando a sus alrededores. "Oyes eso? Alguien viene?" dijo Sebastian. Ambos se movieron rápido a esconderse detrás de unos arbustos.

Sus corazones latían rápidamente al escuchar los pasos de dos caballos que avanzaban hacia ellos...

"Vete por aya." dijo la voz de un hombre conocido. "Yo voy a seguir por aquí." El segundo caballo se escuchó irse a todo galope, dejando al primer jinete.

"Es Juancho." Sebastian volvió a ver a Aurora. "Juancho!"

El niño salió estremeciendo al muchacho que ve ambos en asombro.

"Juancho... gracias a dios que eres tu." dijo Aurora.

"Señorita Olivier? Sebastian?"

"Unos tipos nos están siguiendo. Nos secuestraron..."

Juancho miró con seriedad a su alrededor.

"Necesitamos tu ayuda."

"Lamento decirle que..." Juancho apuntando su arma firme hacia ellos. "Eso no va a poder ser."

*

Dispensario de San Francisco de los Reyes

Don Armando postró sus ojos sobre su hijo Andrés saliendo al pasillo.

"Que paso hijo?" le pregunto dando por terminado el largo silencio. Andrés miró fijamente a su padre.

"No es ella." dijo Andrés con un cierto alivio. "No es ella papá."

"Gracias a dios!" Don Armando le dio un fuerte abrazo a su hijo que aún permanecía serio e ido.

"Es Soledad." dijo Andrés estremeciendo a su padre dejándolo sin expresión. "Soledad es la que está muerta."

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Casona de hacienda La Oliviera...

"Aquí vas a estar perfectamente cómoda." dijo Darío asegurándose de que la mordaza estuviera lo suficientemente apretada sobre la boca de Sofía. Intentaba gritar inútilmente ante las burlas de Fátima que la contemplaba desde las escaleras del sótano. "Nadie te va molestar suegrita."

"Este sitio te queda bastante bien Sofía." Fátima sonrió cínicamente. "Aquí viven las ratas como tú, así que no te sorprendas cuando te encuentres con más de una."

Darío sonrió al alejarse.

"Ah." Él detuvo sus pasos con malicia en la mirada. "Y no te preocupes por tu hijita. La voy a encontrar... y voy a cumplir con lo acordado."

Sofía miró aterrorizada a Fátima y Darío desaparecer por la escalera y dejarla en casi la completa oscuridad. < ¿Que había hecho? > ella se preguntaba. Le había vendido su alma al diablo y ahora estaba pagando las consecuencias...

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