ACUERDATE DE MI

CAPITULO 61 - El Enemigo

Pueblo de San Francisco de los Reyes

Andrés cerró la puerta de su camioneta con curiosidad al ver dos vehículos bastante conocidos ante la entrada de la casa Del Valle. Pero qué hacían aquí?...

"Buenas." dijo Andrés entrando a la sala. Interrumpiendo la plática que tomaba lugar, tomando la atención de todos. "Sr. Comandante a que se debe su visita a estas horas de la mañana?"

Don Armando y Blanca se miraron el uno al otro.

"Estoy aquí porque su esposa fue secuestrada anoche."

Andrés se quedó como si no hubiera escuchado bien.

"¿Qué cosa?" le dijo volteando hacia su padre que lo veía sin saber que decirle. "Secuestrada?... Como?"

"Unos hombres invadieron esta casa y se la llevaron."

"Perdóname hijo, no pude hacer nada..." dijo Blanca acercándose a su sobrino en llanto.

"¿Se la llevaron?" Miro a Blanca asimilando lo que acababan de decirle. "No... eso no puede ser. Esto es una mala broma, verdad? Digo, tiene que serlo..."

"Lo siento."

Andrés miró al Comandante. Era desesperación, impotencia, dolor, rabia, miedo... lo que lo empezaban a asfixiar lentamente y le aplastaba el pecho.

"Lo siento?" Andrés sonrió levemente perdiendo el control tomando al Comandante violentamente de su ropa. "Más lo va sentir si no la encuentra."

"Le aconsejo que se tranquilice y me suelte Sr. Del Valle."

"Hijo por favor." dijo Don Armando controlando a Andrés. "Poniéndote así solo va empeorar la situación."

"Me acaba de decir que mi mujer fue secuestrada y me pide que me tranquilice? Que demonios hace usted aquí parado?!"

"Ya tengo a todos mis hombres buscando... hemos cerrado todas las entradas y salidas de la región."

"Y cree que eso es suficiente?"

"Debemos esperar. Hay una posibilidad de que los secuestradores se comuniquen aquí pidiendo el rescate."

"Y ha pensado que va pasar si no lo hacen? Gustavo Olivier está muerto... Sebastian está desaparecido y ahora mi mujer ¿acaso usted es tan inútil para seguir creyendo que todo esto ha sido una simple coincidencia? O tengo que hacer su trabajo por usted." dijo Andrés despertando la intriga en la mirada del Comandante.

*

Casona de hacienda La Oliviera...

Fátima ha mirado con malicia la sustancia dentro un pequeño frasquito abriéndolo cuidadosamente y llenando el gotero con ello...

"Todo ha sido tan fácil... Que mejor planeado no me pudo resultar." dijo ella fríamente colocando dos gotas de la sustancia en una jarra de agua sobre una mesita de noche. "Dentro de unas horas la infeliz de Aurora ya no será un estorbo..." Fátima tomó asiento sobre la orilla de una cama, mientras la puerta de la habitación donde ella se encontraba se abría lentamente escondiendo a una misteriosa figura. "Y el mocoso... al que has creído tu nieto todos estos años. Porque te doy la noticia de que no lo es. Va tener la misma suerte que corrió Gustavo. Solo así Victoria y Andrés van a pagar el haberse burlado de mí... les voy a quitar lo único que los une. Y los voy a ver llorar lágrimas de dolor y sangre."

Ella sonrió, volteando a la figura de Don Nicolás postrada inmóvil sobre la cama.

"No me mires así." dijo ella satisfecha al ver que sus ojos desilusionados la seguían. "Que tú también estás empezando a pagar lo que le hiciste a mi madre..."

*

Pueblo de San Francisco de los Reyes

"Soledad?" sonó suavemente José María la puerta que se entre abría sola. "Soledad estás aquí? ¿Hay alguien en casa?" tomó unos pasos sin que nadie diera señales de vida. "Daniela?... Dani?"

Escucho movimiento. La niña estaba escondida debajo del mantel de la mesa hundida en lágrimas.

"¿Criatura que haces ahí?" ella lo miró sin decir una palabra. "¿Estás bien? Dónde está tu mamá?"

"Aquel hombre se la llevó..." dijo la niña.

"Que hombre?"

"El que le hizo daño aquella noche."

La mirada de José María se encendió al darse cuenta de quien hablaba la niña. Ricardo, el ex esposo de Soledad...

*

Casa Del Valle...

Andrés se detuvo ante la puerta abierta de su recamara. Tomó unos pasos hacia su interior. Todo estaba en su lugar, tal y como Aurora lo había dejado. Hace apenas unas horas el se fue creyendo que ahí estaría segura. Su mirada recorrió la habitación con desesperación. Quería gritar o golpear algo. Tomó todas sus fuerzas para contenerse, las lágrimas empezaron a caer por su rostro. Mil horribles cosas cruzaron por su mente, tomando una pieza de la ropa de ella sobre la cama. La olió. Aún tenía la dulce fragancia de su cuerpo en ella.

"Andrés." escucho que lo llamaba la voz desesperada de Victoria al detenerse ante la puerta.

"¿Qué haces aquí? ¿Hay noticias de Sebastian?"

"Fue Fátima. Fue ella quien mató a Gustavo y ahora pretende hacer lo mismo con Sebastian y Aurora. Es ella quien los tiene secuestrados!"

"¿Qué estás diciendo?"

"La acabo de oír. Los va matar..."

*

Tierras Remotas de la Región...

"Busquenlos. ¡No pueden estar lejos!" se escuchaba Darío instruir a sus hombres que se esparcían por las tierras tras la pista de movimientos.

Sebastian y Aurora corrían esperando perderse entre las tierras que más que nada parecían un bosque rodeadas de árboles.

"Vamos tía. Tenemos que seguir." decía el niño llevando a Aurora de su mano. Ambos ya estaban muy agitados y casi sin aliento. Se podían escuchar los gritos de los hombres por detrás de ellos avanzando.

"Adelante está el río. Si lo cruzamos estaremos dentro las tierras de La Oliviera..."

Al seguir corriendo a unos pies por delante de ellos. Los árboles repentinamente terminaron dejando a Sebastian y Aurora ante la orilla del río y sus ásperas corrientes...