CAPITULO 24 - Tu Vienes Conmigo

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David volteaba a ver al médico, mientras Andrés no podía dejar de reírse.

"Mi esposa?" dijo con risa. "Es broma verdad?"

Andrés miró la seriedad con la que ambos lo observaban, congelando su sonrisa.

"Aunque el golpe es superficial parece que le ha ocasionado lagunas mentales." dijo el médico. "Tendremos que realizarle una tomografía."

"Porque hablan como si yo no estuviera aquí? Estoy simplemente lesionado no idiota."

"¿Nos podría dar un momento a mi hermano y a mi?" le dijo David al médico.

"Claro. Volveré dentro de un rato, para empezar con los estudios."

El médico se retiró dejando a los hermanos solos. Había una mezcla de emociones en la mirada de David. Alivio... alegría... celos?

Celos de tan solo pensar que Aurora y él...

"Que pasa hermanito? No te da gusto verme?"

"No digas estupideces." David tomó unos pasos hacia la camilla. "No sabes el alivio que sintió papá cuando le di la noticia. Mi tía y él estaban destrozados creyendo que aquel cuerpo carbonizado era el tuyo."

Andrés sonríe levemente. "Ya sabes lo que dice el dicho, hierba mala nunca muere y yo no soy la excepción. Ahora... explícame eso de mi supuesta boda?"

*

Aurora recarga su espalda contra la pared del pasillo del hospital. Enfermeras, doctores, pacientes iban y venían enfrente de ella sin que se diera cuenta.

Andrés no la reconocía, y la forma tan fría y distante con la que la había visto despertaba su desconcierto.

"Como te va hija?"

"Don Armando." dijo enderezándose.

Estaba detenido ante ella con una amable sonrisa. Pensó en lo parecidos que eran Andrés y este hombre al que solamente había tratado en menos de una ocasión.

"Mi hijo David nos dio la noticia de Andrés... tú qué haces aquí?"

Ella lo miró sin saber qué responder.

"No te parece que deberías de estar a su lado." dijo sorprendiéndola. Cómo era que él sabía... "Andrés habló conmigo antes de que pasara todo esto. Me hablo de ti... y me pidió esa medalla que traes puesta." dijo señalando al corazón de oro. "Fue siempre para él un grato recuerdo de su madre."

Ella tomó el corazón entre su palma. "Me dijo."

"Sabes tú hiciste lo que yo nunca creí posible. Le diste vida a mi hijo..."

*

Hacienda La Oliviera...

"Espera, ¿a dónde vas?" dijo Juancho intentando retener a una semi-desnuda Fátima entre las sábanas de su cama.

"Suéltame ya." dijo irritada.

Ella se sentó sobre la orilla de la cama, sin poder creer lo que acababa de hacer.

"Que pasa, hace unos momentos estabas prendida y ahora?"

"En primer lugar tu y yo no somos iguales para que empieces a tutearme." dijo volteando a mirarlo. Era guapo, no cabía duda, pero no era Andrés. "Y en segundo yo hago lo que se me dé la gana... con quien se me dé la gana. Me entendiste."

*

Día después...

Casona de la hacienda La Oliviera

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