Cumpleaños

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— ¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!! — Blake salta con todo su cabello erizado y en menos de un segundo se esconde debajo de la cama, las chicas intercambian miradas.

Resulta que las hermanas habían madrugando y llegado a la mansión, se encargaron de sólo despertar a la heredera y decoraron algunas partes de la casa como el jardín, sala y los pasillos; no se podían arriesgar a decorar el cuarto de la cumpleañera porque sus orejas más desarrolladas las notarían con facilidad.

— ¿Todo bien allá abajo? — Yang ríe agachándose y encontrándose con dos círculos dorados.

— ¿Me quieren matar de un infarto? — cuestiona la pelinegra agachado las orejas y saliendo, sus ojos se abren cuando ve el ponque y las bombas que las chicas traen.

— ¡¡Feliz cumpleaños!! — vuelven a gritar ya sin temor a asustarla.

— Wow, gracias... — las orejas de Blake se pegan a su cabeza pero no por tristeza sino por la felicidad que le causa saber que es importante para alguien.

— Pffff no es nada, además todo fue idea de Yang — comenta Ruby señalando a la más alta con una sonrisa amplia.

— ¿Enserio? — la rubia se rasca la nuca y siente un peso extra, la pelinegra la abraza a ella y después a las otras dos

— ¡Pero como sea! ¡Hay más de donde vino eso! — las chicas esperan que su compañera se arregle y ya lista bajan a desayunar, la fauno del gato sonriendo por cada decoración que ve.

— ¿Qué quieres hacer hoy? — pregunta la rubia con la boca llena

— Desagradable — murmura Weiss frunciendo el ceño.

— No seas tan amargada Icequeen— Yang rueda los ojos mientras una sonrisa divertida se forma en sus labios — Yo no digo nada porque tienes pan en tu cabello—

— ¡¿Qué?! — la ojiazul se alarma y mira hacia arriba, justo en ese instante la rubia rompe una tostada sobre su cabeza.

Ruby y Blake abre los ojos sorprendidas y temerosas de la reacción de la heredera, pero lo que hace las deja sin palabras.

— ¡Pagarás por esto Xiao Long! — exclama tomando el posillo y vertiendo el contenido sobre la más alta.

— ¡Caliente! ¡Caliente! — dice la rubia rubia alarmada quitándose la camisa, para su suerte nada de quemaduras, su cuerpo está acostumbrado.

— ¡¡PELEA DE COMIDA!! — grita Ruby comenzando a lanzar a una velocidad impresionante el contenido en los platos.

El desayuno vuela de lado a lado y las semblanzas de cada una hace una simple actividad un juego de supervivencia, desde fruta que te puede sacar un ojo hasta queso que se derrite cautivándote en sus redes.

— ¡¿Qué esta sucediendo aquí?! — todas detienen sus movimientos cuando alguien hace aparición en la habitación.

— ¡Winter! — Weiss se endereza como si tratara de un soldado y le sonríe a su hermana nerviosa mientras una arepa desliza por su cabeza, la mayor es una joven de cabello blanco atado en una cebolla, cejas negras y ojos azules — Como has... ¿Estado? - la hermana la mira con una ceja levantada.

— No jueguen con la comida — dice extendiendo su mano y retirándose sin decir más.

— Okey... Eso fue... Extraño... — murmura Yang confundida, la heredera suspira.

— Esa era Winter... Mi hermana mayor... — le dice a quienes no la conocían — Normalmente no tiene tiempo así que discúlpenla—

Las chicas asienten y cuando la rubia está a punto de lanzar un pan su cuerpo se paraliza durante microsegundos.

Un Error Puede Cambiar Muchas VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora