Nuevas Compañías

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Rubén se removió aún sin abrir los ojos, sentía que todo su mundo daba vueltas, sin darse cuenta ya estaba en el baño vaciando su estómago, la luz la cegaba y sentía que su cabeza iba a estallar.

Agh, ¿Qué demonios...? — salió tapándose los ojos con las manos y sentándose en el colchón, se inclinó hacia adelante esperando a que el dolor desapareciera pero no lo hizo; con los ojos entrecerrados se fijo en la mesita de noche y el vaso de agua al lado de una pastilla blanca — ¿Qué es eso?— pregunta tomándolo sin importarle lo que haría, solo quiere deshacerse de ese malestar.

Se vuelve a recostar pero le hecha un vistazo al entorno dándose cuenta de que no está en su cuarto, frunce el ceño intentando recordar lo que había pasado la noche anterior y porqué estaba en ese estado. Tras unos minutos, cuando el medicamento hace efecto se levanta y camina hacia la habitación 5 a paso lento y pesado.

Entra en el baño y mira que todo estaba como nuevo, las cosas en sus lugares y el espejo había sido reemplazado, mira su reflejo y nota la mejilla morada y la sangre seca en su labio, recuerda la pelea que tuvo en el bar.

Claro, eso explica muchas cosas... — murmura para si misma mirándose el cuerpo, tiene puesta su pijama, mira la ducha pero su mente reacciona, Weiss la había cambiado. Cierra los ojos y varios flashback llegan a su mente, ella llegando a la mansión... La... Besó... Sacude la cabeza y lo siguiente que ve es a la heredera mirándola con ¿Temor? 

Gruñe incapaz de recordar lo que sucedió después, necesita saber que ha hecho pero es la primera vez que se enfrenta a una resaca, siempre era Ruby quien tenía el control cuando eso sucedía, no sabía que se sentía tan horrible, en definitiva hay muchas cosas de las que se arrepiente.

Se entra a bañar y cuando está arreglada busca a Weiss, no se perdonaría el haberla lastimado... Comienza a llamarla pero no obtiene ninguna respuesta, tampoco encuentra a Winter y los trabajadores no le dicen nada.

Cierra los puños y golpea un pared cerca a ella, la pintura blanca queda teñida de rojo, no se había puesto los guantes... No los tenía cuando despertó, eso significa que la heredera había visto sus heridas, hace una mueca pero un sonido llama su atención; viene de una puerta a la que hasta el momento no había entrado.

Se acerca y logra escuchar una voz femenina, gira la perilla, está sin seguro así que entra, levanta las cejas cuando nota quién está en el interior.

Willow Schnee— saluda con una sonrisa haciendo una pequeña reverencia, la oficina es enorme y la Schnee mayor se encuentra sentada en su escritorio.

— Miss Rose — la mujer separa su vista del ordenador y mira a la joven con una sonrisa débil, tiene ojeras debajo de sus ojos, le indica que se acerque — ¿Qué hace por aquí? Creí que ya se habían ido, últimamente hay menos ruido —    

Oh bueno, podría decir lo mismo, creí que estaba en un viaje de negocios — responde la pelicorta caminando hacia la mujer, su sonrisa va decayendo cuando ve las decenas de botellas de vino vacías rodeando a la mayor.

— No, Winter suele ser quien se encarga de eso — dice con simpleza pero la falta de respuesta llama su atención; Rubén se ha quedado en el sitio con un nudo en su garganta.

 Es... — sacude la cabeza apartando la mirada y llevándola a esos ojos azules — Estará usted muy orgullosa de sus hijas — añade volviendo a sonreír

— Completamente, sé que fue difícil para ellas aceptar la muerte de su padre, quisiera ser igual de fuerte, siempre lo recordaremos — Rubén siempre ha sido la calmada, la que le quitaba importancia a las cosas pero ¿Por qué esas palabras la afectaban de manera diferente? Siente ¿Ira?

Un Error Puede Cambiar Muchas VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora