Amor y Odio

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A la mañana siguiente Rubén fue la primera en despertar, no tuvo pesadillas como cosa rara pero no recuerda lo que había soñado. Pasa la mano por su cara y siente un hormigueo en su brazo, no se sorprende al ver a la heredera acostada sobre el, sonríe mirando como la más baja abraza su torso y su cara se apoya en su pecho, esa sensación de tranquilidad vuelve a aparecer, se siente en paz otra vez.

Se queda allí, solo observándola hasta que la heredera se remueve y un repentino pánico la invade, su cuerpo se convierte en pétalos preparándose para alejarse pero se detiene ¿Por qué lo haría? Se siente bien de esa forma.

Weiss abre los ojos con lentitud y levanta la mirada encontrándose con la encantadora sonrisa de Rubén y su adorable cabello despeinado.

— Buenos días — murmura quedándose ahí, se siente muy cómoda como para alejarse y de una forma u otra la relación que lleva con el alter le asegura que está bien permanecer así.

Sabes, eres la primera chica que duerme en la misma cama que yo y amanece con ropa — comenta la oji-plateada con una sonrisa divertida.

— ¿No crees que es muy temprano para tus bromas? — la cara de la oji-azul se sonroja y la oculta en el cuerpo de su acompañante.

Nunca será muy temprano para mi — Rubén sonríe y tras unos minutos de conversación la peli-blanca se separa y levanta de la cama, la más alta siente una fría brisa y se estremece, quiere quedarse con esa chica más tiempo.

— Será mejor alistarnos— Weiss se estira y cae en cuenta que aún lleva la capa de su compañera.

¿Tienes algo importante que hacer?— Rubén mira a otro lado sin moverse del lugar —Ayer terminé todo el trabajo — añade evitando la mirada de la chica.

— ¿Por qué preguntas? — Weiss confundida no entiende a que se refiere, la peli-corta parece avergonzada.

Estaba pensando que tal vez si no tienes nada que hacer... — Rubén pasa la mano por su cabello — Podrías... — frunce los labios — ¿Quedarte un poco más? — le cuesta decirlo, no es del tipo que pide cosas como esas, no recibe respuesta y levanta la mirada.

— ¿Por qué? — pregunta Weiss saliendo de su asombro y mirándola con confusión, la contraria se queda callada pero amenaza con levantarse —Me encantaría — se apresura a decir acostándose nuevamente.

Gracias— se acomodan y vuelven a quedar casi en la misma posición en la que amanecieron, se sentían cómodas, más de lo que nunca habían estado; pero la heredera no podía evitar preguntarse el por qué el alter actuaba de esa forma.

—Rubén... — recibe un sonido de pregunta, la está escuchando — ¿Estás bien? — hay un silencio.

Si... — la oji-plateada no suena muy segura y desde la posición de la joven Schnee es imposible ver su cara — Sé que es raro... Solo... — no termina la frase, hace silencio, en su interior tiene un dilema, la oji-azul se separa un poco para verla.

—Sabes que puedes decirme cualquier cosa, estoy para ti Rubén — se miran un momento y a la mente de la oji-plateada llega una frase "Se sincera con ella y contigo misma" respira hondo.

Estoy... Buscando respuestas... — responde apoyando la cabeza en la almohada, ya empezó no va a retroceder.

— ¿A qué? — cuestiona la heredera con curiosidad, no sabe si Rubén confía lo suficiente en ella como para decirle todo abiertamente, pero está por averiguarlo.

Un Error Puede Cambiar Muchas VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora