— Es una broma ¿Verdad? Creí que no tenías sentido del humor Icequeen— Rubén sonríe despreocupadamente — ¿Es una de tus clientes? ¿Una inversionista tal vez? — dice mirando a la nueva detalladamente, detiene en el final del vestido antes de volver a Weiss quien niega con la cabeza y se acerca a ella.
— Lo necesitas y lo sabes — dice preocupada, la oji-plateada se tensa pero lo disimula, está abriéndose demasiado con Weiss, no le molesta hacerlo, no del todo; pero puede sentir como la psicóloga la observa atentamente.
— No necesito ayuda princesa — responde la de capa roja recargándose en la pared con su actitud desinteresada.
— Rubén... — el dúo se mira fijamente hasta que cierta persona rompe la tensión.
— No hay problema, todos necesitan alguien que los escuche de vez en cuando, cuando estés lista te esperaré en... ¿Dónde serán las sesiones? — pregunta la de cabello naranja a lo que por órdenes de la heredera un trabajador la guía a una oficina dejando a rojo y blanco solo.
— Sabes que no voy a ir ¿Verdad? — la más alta levanta una ceja con los brazos cruzados —No pedí tu ayuda, ni la de ella — dice seria.
— Pero esto... — Weiss se acerca a ella y toma su mano pasando su pulgar cerca a los sangrantes nudillos — Esto... — le toca la cara al lado de la mejilla golpeada y traza la forma del labio que hasta ahora cicatriza, Rubén intenta separarse pero estaba pegada a la pared.
— Lo tengo bajo control, no necesito una psicóloga — dice apretando la mandíbula.
— No lo tienes, pero si lo hicieras ¿Durante cuánto tiempo más?— la voz de la peliblanca denota la intranquilidad que siente.
— El que sea necesario, si no lo tuviera controlado habría más alters aparte de mi, pasé 10 años de mi vida en terapia, no necesito más — la pelicorta usa su semblanza para separarse de la pared y quedar lejos de la más baja.
— Eso es lo que crees pero negarte solo empeorará las cosas... Por favor... Rubén... Al menos inténtalo — Weiss camina hacia ella y la chica hace un mueca antes de respirar hondo y pasar las manos por su cabello.
— Iré, no porque quiera sino porque hice una promesa — sabe que la ojiazul se preocupa y no quiere que lo haga — Ahora cruza los dedos para que la tal Penny sea buena o solo perderemos el tiempo — murmura entre dientes antes de girarse bruscamente y caminar hacia la oficina, Weiss no la había visto tan enojada antes, pero es por su bien.
Rubén llega a la puerta y aprieta los puños, Yang fue la única persona que en un pasado las convenció de ir a terapia pero ahora es esa heredera quien con solo pedírselo lo logró, sabe cuan importante es para Ruby y viceversa, solo por ella va a entrar allí... Pero eso no significa colaborar.
— Sabía que aceptarías — la mujer está sentada detrás de un escritorio y frente a este hay una silla solo para el alter.
— Sería de mala educación dejarla esperando — responde caminando hacia la silla para sentarse con una sonrisa arrogante.
— No te has presentado, ¿Cómo te llamas?— pregunta la mujer apoyando sus codos en la mesa y mirando fijamente a esos ojos plateados.
— Rubén, diría que es un gusto pero no me gusta mentir — dice cruzando las piernas.
— Es un bonito nombre — comenta la oji-verde tomando un esfero y una libreta para anotar las ideas importantes.
— Lo sé, mi parte favorita es cuando las demás personas lo pronuncian — dice con una sonrisa de lado recordando todas las buenas noches que ha pasado, pero entre las imágenes ve a Weiss en la noche anterior, siente una sensación extraña en su estómago, cierra una de sus manos.
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Un Error Puede Cambiar Muchas Vidas
أدب الهواةYang Xiao Long, nuestra protagonista. Un pasado difícil esconde tras su espalda, y un juramento con ella misma le llevó a tomar el camino de una asesina. Miembro y segunda líder de la organización "Colmillo blanco", hace justicia con sus propias man...