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— ¡¡Buenos días!!— grita Yang cuando ya está dentro la mansión, las chicas en la sala la miran y la pelinegra la abraza con cariño, ella hace lo mismo besando su cabeza.

— ¿Dónde está Ruby? — pregunta Weiss cuando no la ve por ningún lado.

— Que grosera — dice Yang separándose de su compañera y haciendo cara de sufrida — Está... Ocupada.... — responde mirando de reojo a Blake, el ceño de la peli blanca se frunce.

— ¿Cuándo vuelve? — Yang levanta una ceja.

— ¿Y ese repentino interés? — la peli blanca aparta la mirada y la rubia rueda los ojos — No lo sé — responde suspirando — Pero ahora, ¿Qué quieren hacer hoy? — pregunta entusiasmada.

— No lo sé tu eres la de los planes — dice Blake encogiéndose de hombros, la más alta queda pensativa.

— Bueno... Podemos hacer algo que tú quieras en la mañana y cuando Ruby llegue hacemos algo en la tarde ¿Te parece? — la pelinegra asiente con la cabeza y no es sorpresa para ninguna que coja un libro y se siente a leer en el jardín, Yang hace lo mismo mientras a su lado acaricia a Snow. Se distrae constantemente para observar el perfil de la chica, el beso volviendo a su mente, siente mariposas en el estómago con solo el recuerdo, quiere hacerlo de nuevo... Pero aunque el tiempo esté en su contra no quiere presionarla...

...

— ¿Qué haces acá? — Adam mira confundido a la joven frente a ella, no esperaba verla.

— Pues vengo a entrenar — responde Ruby sonriendo angelicalmente, se había separado de su hermana e ido a la casa del chico, todos están llegando.

— ¿Y eso? Creí que nos habían dado la espalda — el tono del joven es indiferente, y eso no puede significar nada bueno.

— Pfffff, solo ha sido una semana Adam, nada de que preocuparse — el pelirrojo la mira fijamente durante unos segundos antes de girarse, su serenidad y falta de interés es inquietante.

— ¡A entrenar! — exclama provocando que todos los presentes se muevan por el campo.

— Hora de la fase dos... — murmura la ojiplateada para si misma mientras busca alguien con quien hacer equipo, normalmente el entrenamiento es en parejas y al final cada par se tiene que enfrentar a otro o en defecto a los líderes.

Analiza a cada uno de sus compañeros, tiene que ser alguien que no interactue tanto con el pelirrojo así que se fija en los 5 que en las misiones siempre van con su hermana, 3 chicas y dos chicos. Descarta a los hombres porque suelen ser más cercanos al fauno del toro, y elige a la chica con la que más ha hablado y la que la ha mirado de vez en cuando.

Utiliza su velocidad para llegar antes que los demás y se para a su lado sonriendo amablemente.

— ¿Ruby? ¿Viniste a entrenar? — la joven del cabello y ojos color azul oscuros es de su estatura y la mira de forma extraña.

— Claro, tengo que mantenerme en forma — responde la peli corta de forma casual, la contraria la mira de arriba a abajo antes de que la señal de inicio suene, empiezan.

Dura toda la mañana y gracias a la velocidad y habilidad de la ojiplateada logran vencer a varios dúos, sin embargo algo que llama la atención de Ruby es que Adam no la enfrenta como siempre suele hacer en los entrenamientos. Se detienen cuando llega la hora del almuerzo.

Un Error Puede Cambiar Muchas VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora