Un Error Puede Cambiar Muchas Vidas

Rubén

Al día siguiente cuando Weiss se despierta siente frío, lo primero que hace es girarse, allí donde debería haber una chica no hay nadie, suspira levantándose; se lava los dientes, cara, se baña y se arregla

Camina hacia la habitación 3.

...

Mientras tanto el dúo bmblb descansa plácidamente, el calor corporal de la rubia haciendo la hora de dormir el doble de agradable.

La primera que abre los ojos es Yang pero sólo es cuestión de moverse un poco para que su compañera comience a despertar.

—Buenos días gatita— saluda la rubia besando la frente de esta y acariciando con una de sus manos el cabello de la menor.

—Buenos días... — Blake se estira un poco antes de volver a acurrucarse al lado de su compañera inclinando la cabeza hacia la mano que la acaricia.

—¿Cómo te pareció tu cumpleaños? — una sonrisa divertida se forma en la cara de la mayor mientras la contraria rueda los ojos.

—Bien... Excelente... — Yang sonríe más ampliamente y la abraza con fuerza.

—No quiero que te vayas... —  murmura de repente recordando la situación que las unió pero que fácilmente las puede separar.

—No me iré... Quiero estar contigo — responde la pelinegra mirándola y acariciando su cara con cariño.

—¿Lo prometes? — pregunta la más alta insegura.

—Lo prometo... — la rubia se relaja por la respuesta pero no la culparía si no la cumple cuando se entere.

—¡¡Sal en este mismo instante Xiao Long!! — un grito interrumpe el momento y cuando la mayor reconoce la voz se levanta como un rayo, se arregla un poco el cabello, se excusa con Blake y sale cerrando la puerta inmediatamente.

—¡Icequeen! Que gusto verte... ¿Dormiste bien? — pregunta sonriendo nerviosa, una mano la toma del brazo y la lleva a su habitación, la empuja hacia la cama con fuerza —Oye lo siento, no podía decirle, era su cumpleaños y... —

—¿Qué sucede con Ruby? — Yang se detiene y mira a su compañera confundida, había esperado un gran regaño.

—¿Qué? — Weiss suspira y cambia su expresión seria a una preocupada, se sienta al lado.

—Anoche... Hizo algo... — a la mente de Yang llegan miles de imágenes en menos de un segundo, se alarma.

—Espera, no puedes met... — su grito queda callado porque su lengua se congela, Weiss la mira enojada pero con un leve sonrojo en sus mejillas.

—¡No es eso idiota! — dice rodando los ojos y suspirando —Independientemente de lo que hiciera... Cuando le pregunté dijo que no recordaba... Se disculpó y comenzó a decir que no había sido ella... No quiso volver a hablar y esta mañana cuando desperté no estaba... —

—Oh... Ya veo... — Yang sabe a lo que la más baja se refiere —¿Dónde está? —

—Me pareció escuchar la televisión en la sala — la rubia asiente y se levanta, camina a su habitación, se arregla y unos minutos después sale junto a Blake.