Un Error Puede Cambiar Muchas Vidas

Relaciones

— ¿A dónde irás? — Penny había ido a la mansión para poner un alto a las sesiones por un tiempo.

— Estoy haciendo una especialización y me dieron la oportunidad de terminarla en otro país— explica la peli-naranja levantándose de su silla — Volveré en unos meses — añade notando que su paciente no parece muy segura acerca de la situación —Seguiremos en contacto, tal vez no nos reuniremos pero si necesitas algo no dudes en escribirme, tienes mi número — la mayor le guiña un ojo y por fin Rubén parece reaccionar.

— No creas que te extrañaré o algo por el estilo — responde sonriendo de lado — Pero antes de irte, ¿Algún concejo? Por que ya pareces una mamá, no la mía claro — la joven Polendina levanta las cejas sorprendida pero decide no comentar acerca de ello.

— Bueno... Así como yo me voy a tomar un descanso de tu insoportable compañía tal vez cierta personita también necesite un descanso y no me refiero a ti específicamente — Rubén ríe negando con la cabeza.

— Voy a tomarlo pero me ofende muchísimo — ambas se despiden y Penny se dirige a su casa para tomar las maletas que llevaría al viaje.

Mientras tanto en la mansión Rubén va en busca de la heredera, sabe a que se refería Penny.

 — ¿Qué haces?— pregunta cuando llega a la oficina, su compañera salta en el lugar con varios chuzos sobresaliendo por su cuerpo.

— ¿Podrías golpear antes de entrar? — murmura la peli-blanca respirando hondo mientras hace desaparecer el hielo.

— Nope, me gusta cuando haces eso — bromea la más alta acercándose a la mesa, su acompañante rueda los ojos —¿Puedo ayudarte con algo? — cuestiona nuevamente viendo como la chica ordena unos papeles, se los acerca.

— No creo, tengo una reunión— responde la joven Schnee metiendo todo en un maletín negro.

— Pareces mafiosa — comenta la peli-corta como si nada, en consecuencia se gana una ceja levantada por lo que sonríe nerviosa — Pero me gusta la mafia — se apresura a corregir golpeándose mentalmente la frente — Imagina que no dije eso por favor — pide.

— No prometo nada — responde la más baja intentando no reír; como resultado la peli-corta frunce el ceño.

— Como sea... ¿Puedo acompañarte? — Weiss detiene sus movimientos y se queda mirando a la chica con confusión.

— No veo la razón, Winter irá conmigo — responde algo sacada de onda.

— Bien...— Rubén suspira y mete las manos en los bolsillos de su pantalón — ¿Y si cuando llegues vamos a algún lado? — 

— ¿Me estás invitando a salir? — pregunta la heredera levantando las cejas con asombro.

— Te estoy invitando a alejarte un poco del trabajo — replica el alter apartando la mirada, una cita... De echo no suena mal...

— No respondiste mi pregunta — una sonrisa divertida aparece en la cara de la oji-azul acto que intimida en cierta forma a la más alta.

— Y no lo haré — responde con simpleza, la joven Schnee niega con la cabeza aún sonriendo, esa es Rubén.

— De todos modos no creo que pueda, tenemos que tratar muchos temas e incluso me atrevería a decir que no me esperes despierta — eso tiraba por la borda los planes que tenía la oji-plateada, pero al mismo tiempo una idea llega a su mente.