Juicio

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Atravesaron el portal y aparecieron en medio de la carretera frente a una estación de policía.

— Le permitieron ir a casa mientras la llamaban al juicio pero insistió en quedarse en la celda — explica Raven caminando a la puerta seguida por las otras dos.

La escuchan hablar con una encargada y minutos después le dan acceso a la habitación.

— Tienes visita — Yang escucha a quien la había acompañado esos días, la policía había sido amable con ella y le extrañaban sus palabras.

Se levanta de la cama y se asoma abriendo los ojos con sorpresa, no sabía como sentirse, primero quería estar enojada con su madre por claramente ignorar sus palabras, sin embargo, cuando los brazos de su hermana abrazan su cuerpo decide no hacerlo.

— ¿Ruby? ¿Enserio eres tu? — la peli-negra se aleja y la mira con los ojos llorosos mientras asiente. La rubia levanta la cabeza hacia Weiss, enserio lo había logrado, sonríe y le pide silenciosamente que se acerque ya que no podía extender su otro brazo — Sabía que había encontrado a la persona indicada — susurra mientras se funden en un abrazo de 3.

Tras el emotivo momento caminan hacia una sala en la estación y hablan un poco poniéndose al día antes de ir al punto específico de su visita.

— Así que... Te has negado a la ayuda de Raven — comienza a tocar el tema la heredera — Si es por ella, yo también conozco muy buenos abogados —

— No es eso... — la dragona suspira y rasca su nuca — Aprecio el detalle, enserio, pero esto es algo que tengo que hacer —

— ¿Pasar años en prisión? — cuestiona la heredera levantando la ceja — Si es por cuestión de moral, hay otras formas en las que puedes reivindicarte, por ejemplo pagando a los familiares de quienes mataste o... —

— No todo es dinero Weiss — dice la fauno rodando los ojos — Estoy segura que si les preguntas qué prefieren, la mayoría dirá que es más seguro conmigo tras las rejas —

La más baja abre la boca para hablar cuando un ladrido la interrumpe, todas callan y el sonido se repite proveniente de la espalda de la oji-plateada.

— ¡Cierto! — la joven Rose se emociona y se saca la mochila — Puedes volver a casa con Weiss, conmigo y... — sonríe abriendo la maleta donde se asoma la cabeza del cachorro — ¡Zwei! —

— ¿Trajiste al perro? — la peli-blanca frunce el ceño mirando al animal que sale por completo y salta al regazo de la rubia moviendo su cola con felicidad.

— No seas grosera, tiene nombre — le reclama Ruby cruzándose de brazos, se preparan para discutir cuando escuchan a Yang hablándole como una niña de 5 años al pequeño — Te digo, hasta la persona más ruda se derrite por un cachorro —

— Coincido, mas no significa que esté de acuerdo con haberlo traído — esperan a que la rubia pare y cuando lo hace es el turno de la peli-corta de hablar.

— Yang, lo que siempre quisiste, lo que siempre soñamos, es realidad ahora — dice tomando a Zwei en sus brazos — Siempre hemos sido las dos, y ahora incluso somos más, sé todos los sacrificios que has tenido que hacer y son prueba de que tienes un buen corazón, si te sientes atrapada podemos encontrar una salida, pero hagámoslo juntas, no alejándote ni alejándonos, no es bueno para ninguna —

— Yo... No... — las palabras de la menor lograron hacer flaquear la determinación de la fauno, su hermana tenía razón, no era correcto alejarla pero al mismo tiempo era algo que tenía que hacer por su cuenta, porque solo ella siente esa culpa.

— ¿Qué quieres Yang? — habla Weiss analizando su comportamiento — ¿Qué te puede hacer cambiar de opinión? —

— Blake... — la pareja WR la mira confundida — Si ella... Me perdona... Volveré — se levanta para regresar a su celda; Weiss la imita para detenerla, le parecía increíble que dijera eso.

Un Error Puede Cambiar Muchas VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora