Interceptación

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Al día siguiente Ruby es la primera en despertar, abre sus ojos lentamente, las cortinas por fortuna están cerradas o sino el sol la cegaría por completo.

Siente un cosquilleo en su brazo y mover sus dedos causa una sensación extraña y no tan agradable, mira su extremidad y encuentra la razón de su hormigueo, Weiss esta acostada sobre ella. Suspira y se queda mirando a su compañera, puede sentir su cálida temperatura corporal, una sorpresa considerando que siempre está fría.

—¿Recuerdas cuando dijiste que nunca dormirías en el suelo? — susurra divertida aún sabiendo que su compañera no puede escucharla —Todos pueden cambiar... — dura unos minutos mirando la cara de su compañera, su blanca y suave piel.

La abraza disfrutando del momento que seguramente no demoraría en romperse, le gusta estar a su lado, le gusta molestarla, le gusta verla frustrada y aunque parezcan acciones mínimas, cada vez que le salta encima o la toma de la mano es porque quiere calmar un poco su frío y reemplazarlo con calor.

Nunca ha sentido lo que es estar enamorada, nunca ha pensado en tener una relación y nunca le ha importado. No sabría decir si le gusta la chica aparte de que le encanta pasar el tiempo a su lado y todo lo que involucre eso, quiere ser su amiga al menos y más allá de eso... No está segura de que hay más allá de eso, pero eso no significa que no tenga curiosidad.

Mientras vuelve a dormirse es turno de Yang para despertar, no presta atención a su alrededor sino a quien tiene entre sus brazos, sonríe al ver a Blake ocultando su cabeza en su pecho, le da ternura como se enrosca como si fuera un felino y como pone sus manos debajo de su mentón. Pero no es lo único que está a su lado, Snow duerme cerca a su cabeza y se fija en la pañoleta morada al rededor del cuello del felino, sonríe recordando lo que significa para Blake.

A su cabeza llega la conversación de la noche anterior y deja escapar un suspiro, no quiere ilusionarse porque es mejor no esperar nada a sentir la decepción de perderlo todo. Acaricia la cara de la menor con su mano derecha, empieza en sus negros cabellos rodeando las orejas gatunas, una se sacude provocando una sonrísa involuntaria.

Sigue por la frente apartando un pequeño mechón de pelo, baja por la sien hasta la mejilla que toca con delicadeza, llega a los labios en los que se detiene, traza la forma con el pulgar, quiere volverlos a sentir. Se inclina hacia adelante quedando a pocos centímetros pero sólo besa su frente, aunque quiera no lo va a hacer sin el consentimiento de la contraria, no la merece.

Baja la mirada hacia el cuerpo de la pelinegra y con lentitud pasa su mano por la cintura, la atrae un poco y por ahora eso será suficiente, tenerla a su lado es mejor a no tenerla.

...

—¡¿Qué es esto?! — un grito femenino despierta a las 4 compañeras, se sientan como si acabara de pasarles corriente.

—Ma... Madre... — murmura Weiss nerviosa mientras pasa sus manos por el cabello para arreglarlo un poco, a su lado Ruby pasa saliva con fuerza.

—¿Qué hace aquí? — pregunta la mujer albina y ojos azules refiriéndose a la rubia, solo la ha visto una vez pero sabe que viene seguido.

—Oh, pues... ¿Solo pasando el rato? — la rubia sonríe ampliamente mientras se rasca la nuca, pero la mujer no le presta muchas atención.

— ¿Y quiénes son ellas? — esta vez se refiere a la fauno del gato y la chica de ojos plateados.

—Ell... Ellas son Blake Belladonna quien se ha estado quedando por más de un mes con nosotras madre — el temblor en la heredera pasa y deja soltar un suspiro.

Un Error Puede Cambiar Muchas VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora