Felino

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—Entonces por favor, te pido que seas amable y te comportes ¿Si? — ha pasado una semana desde la visita de Adam, la rutina había sido la misma, Yang iba a la mansión a diario y gracias a la mentira del restaurante podía fugarse a medio día y atender a los entrenamientos y requisitos de su organización.

—No sé de qué hablas, soy la persona más bien portada que conoces — exclama Weiss ofendida, la rubia rueda los ojos, ambas se encuentran en el comedor esperando por el desayuno y a cierta persona.

Las pisadas las saca de la conversación y cuando Blake aparece por la puerta Yang inmediatamente se para empujando la silla hacia atrás.

—¿Qué? ¿Por qué te levantas? — susurra Weiss confundida y es que ni la misma rubia conoce la razón. Resulta que le había costado mucho tiempo y trabajo, pero por fin había convencido a Blake a bajar y compartir con su anfitriona.

—¡Blake! — para disimular el incómodo momento, la rubia se acerca a la pelinegra y le corre amablemente la silla, puede sentir la mirada de incredulidad de la heredera en su nuca —Y... ¿Dormiste bien? — pregunta sentándose y viendo a los meseros entrar para dejar sus platos.

—Pues dormí... — Yang rueda los ojos pero con una sonrisa divertida, ya se ha acostumbrado a esas respuestas, pero aún así espera el día en el que cambien.

—Vale, vale, ¿Qué quieres hacer hoy? Bueno, lo que queda de la mañana — pregunta comiendo un pedazo de pan.

—¿Y eso? ¿Tienes algo que hacer? — interviene la peli-blanca con una ceja levantada, la cuestión es que ella no ha sido la fan número 1 de las mentiras de su compañera y aunque acepta el plazo de un mes, quiere que Yang vaya preparando la forma en la que contaría la verdad.

—Je, je... — la rubia carraspea mientras asesina con la mirada a la oji-azul —Hoy el restaurante fue contratado para un evento y... Aparte de los almuerzos tenemos que preparar el sitio entonces en eso nos demoramos toda la tarde y hasta que acabe el evento... Creo que vuelvo mañana temprano... — termina ganándose una mirada de sorpresa por parte de Weiss.

—Al parecer alguien es muy devota a su trabajo y con una imaginación desbordante — Yang aparta la mirada y aprieta con fuerza su boca.

—En ese caso... ¿Podríamos caminar? — la voz de Blake relaja la tensión en la más alta y la reemplaza con entusiasmo.

—¡¡Claro!! ¡Tour por la mansión! — exclama terminando su desayuno rápidamente y levantándose —¿Será que la joven Schnee quiere hacernos compañía? — pregunta a la heredera olvidando lo sucedido hace instantes.

—Tengo una conversación pendiente con Winter, además con tanto tiempo que pasas acá ya debes conocer el lugar mejor que yo — la rubia rueda los ojos y cuando Blake termina su desayuno comienzan con el recorrido.

—¿Qué parte quieres ver primero? No, no me digas, imaginaré que eres una compradora y yo te voy a mostrar esta hermosa casa — la pelinegra mira confundida como su compañera corre hasta la puerta y se la abre— Tienes que salir y golpear... — susurra haciendo señas con los ojos.

—Eh... ¿Okey? — Blake sigue las instrucciones, cuando sale la puerta se cierra en su cara y pasado unos segundos toca.

—¡Buen día señorita Belladona! Estaba esperándola, siga, siga — Yang hace una leve reverencia —Por aquí por favor — pide comenzando a caminar por el primer piso.

Aunque la cara de Blake no demuestra una emoción parecida a la felicidad, la verdad es que la actitud de su compañera la hace sonreír mentalmente, espera el día en el que pueda reír dejando de lado la tristeza que carcome su alma.

Un Error Puede Cambiar Muchas VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora