Familia

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— ¿Te gusta?— esa pregunta, la había estado evitando, no sabía como responderla así que la había estado ignorando.

Define gustar — dice Rubén mirando a su acompañante, esta hace una pausa pensativa.

— Con cada persona puede ser diferente, es algo que tú tienes que descifrar — la oji-plateada agacha la cabeza, Penny continúa mientras se acerca a la puerta — Puede ser algo tan simple como que sea la primera persona en la que piensas cuando te despiertas o antes de dormirte, tal vez cuando te hacen ciertas preguntas... —

Rubén frunce el ceño, cada vez que tocaban el tema de las relaciones, el tema de los sentimientos no podía evitar pensar en la heredera, antes de las terapias ella venía a su mente en cualquier momento, incluso cuando estaba con otras.

— Reconoces las imperfecciones y aún así las quieres — prosigue la psicóloga haciendo que su paciente sea consciente de ciertos detalles — Te imaginas un futuro a su lado — la peli-negra no puede saber con exactitud si lo ha hecho, pero está segura de que no se imagina SIN ella — Cambias... —

La menor levanta la mirada con confusión y sorpresa, la joven Polendina sonríe con afecto.

— Piensa en eso Rubén — dice poniéndole una mano en el hombro — Tal vez incluso... Estés enamorada— la de pelo naranja se separa y abre la puerta, pero antes de que salga una mano la toma de la muñeca deteniéndola.

¿Cómo lo hago? — la mayor se gira y se sorprende al ver la expresión de la contraria, en serio le importa ese tema y parece no querer arruinarlo.

— Pasen tiempo juntas y no ignores lo que sientes, se sincera con ella y contigo misma — la menor asiente y recupera su postura mientras la acompaña a la salida—

Gracias — dice antes de que la oji-verde se vaya. Nuevamente sola se recarga en la pared pensando en lo que le había dicho, suspira y camina en busca de quien parecía vivir ahora en sus pensamientos.

La encuentra sentada en el sofá, tiene el ordenador sobre sus piernas cruzadas y muerde la parte trasera de un esfero.

¿Qué haces? — pregunta parándose detrás de ella mirando la pantalla, está redactando correos.

— Son unas respuestas que tengo que dar — explica la más baja pasando la mano por su cuello, está cansada — ¿Cómo te fue?— pregunta mirándola de reojo.

Hace bien su trabajo, es todo lo que saldrá de mi— responde la oji-plateada apoyándose en el respaldo del sofá, Weiss rueda los ojos con una sonrisa, esperaba una respuesta así, pero le alegraba notar como el fastidio por el tema de las terapias había mermado — Por otro lado, te noto bastante tensa, deberías tomarte un receso

— Necesito terminar esto hoy, esperan una respuesta y aunque algunos son pacientes hay otros que no tanto— la heredera calla ¿Rubén parecía preocupada? 

Aún así no deberías sobre-esforzarte, todos necesitan una pausa de vez en cuando — el alter duda un momento antes de enderezarse y colocar las manos en los hombros de su compañera sorprendiéndola en el acto — Un pequeño masaje no te vendría mal — comenta notando los nudos en la espalda de la chica.

— Okey... Gracias... — No es rara la confusión de la menor, eso era nuevo ¿Masajes? al principio se estremece sintiendo los dedos de la chica pero lentamente se va relajando, el toque es seguro y aunque es fuerte no llega a lastimarla.

¿Te puedo ayudar en algo? — pregunta la peli-corta pasando el pulgar por la nuca, pasa saliva al sentir el cuerpo de la chica temblar, se esfuerza por apartar la mirada de la pálida piel.

Un Error Puede Cambiar Muchas VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora