cursed; Kakashi Hatake [editando]

Capítulo 14; "El Sello Del Dragón"

Abrí mis ojos con dificultad. El lugar en el que estaba había cambiado por completo, esto era más una habitación. Todo me daba vueltas, mi respiración estaba pesada. Intenté hablar, pero algo que ni sí quiera yo entendí, salió por mi boca. Torpemente llevé mi vista hacia mis muñecas, estaban vendadas y estas ya no dolían. Quité las suaves telas que se encontraban cubriendo mi cuerpo, para dejar a la vista un kimono de un lindo color rojo con algún detalle amarillo. Me senté cuidadosamente sobre el suave colchón en el cual estaba recostada. Era verdad, continuaba secuestrada. No tenía idea de cuanto tiempo había pasado inconsciente. Me levanté de aquel futón y sentí mis piernas temblar, tenía que salir de aquí y buscar a mi escuadrón.

¡Kage Bunshin No Jutsu!

Intenté de invocar a mis clon sombra, pero lo único que logré fue caer al piso como un costal de papas. Escuché varios pasos dirigirse hacia esta habitación, la puerta se abrió bruscamente y unas chicas se acercaron a mi para socorrerme.

— Por fin ha despertado —habla una de ellas con la voz muy suave y tranquila— Hanan, ¿podrías ir a avisarle a Kurona-sama, que Nashiro-san ha despertado? —le pregunta amablemente la chica de cabellos rubios a su acompañante.

— ¿Cúanto tiempo ha... Pasado? —interrogué arrastrando la palabras. Había hablado como una borracha.

La chica río enternecida y ayudó a sentarme en la cama.

— Has dormido durante poco menos de un mes. —en ese preciso momento sentí como me desmayaba, hasta que ese sentimiento fue reemplazado por uno de angustia. ¿Que había ocurrido con Tenzou, Nikkita e Itsuki?

Tomé bruscamente a la chica de su kimono y peligrosamente me acerqué a ella.

— ¡Me vas a decir donde está mi escuadrón o te juro que te estrangulo con mis propias manos hasta que sientas poco a poco como el aire va desapareciendo de tus pulmones! —mis manos se encontraron con el cuello de la chica y esta soltó un jadeo de sospresa. Presioné fuertemente su cuello, provocando que a los pocos segundos su rostro se tornara rojo.

— ¡Sueltala, Nashiro! —ordenó la anciana cuando se hizo presente en el umbral de la puerta. La solté de golpe porque mi objetivo no era aquella chiquilla indefensa, sino, esa mujer con unos años encima. Corrí hacia ella, dispuesta a atacarla. Justo cuando mi puño iba ser incrustado en su mandíbula, una descarga eléctrica recorrió todo mi cuerpo. Caí al suelo aturdida.

— Parece ser que no entiendes. —la vieja ahora si se colocó en el umbral de la puerta.

— ¡¿Donde está mi equipo?! —chillé consumida por la desesperación.

— Ellos han escapado y te han abandonado. —menos mal. Prefería mil veces el que hayan huido a que se hayan quedado dentro de este lugar. No podía alegrarme más.

— ¿Hace cuanto..? —pregunté en un hilo de voz.

La anciana lució pensativa.

— No más de dos semanas.

Por inercia asentí con mi cabeza y a duras penas intenté levantarme del suelo. Las piernas me temblaron y estuve cerca de perder el equilibrio. La anciana me tomó por mi antebrazo, estabilizandome.

— Pronto tendrás que elegir a tu marido. —me avisa ella serenamente.

¿Marido...?

— No te preocupes, hay muchos chicos bastante apuestos en nuestra aldea... Por cierto. —me ve seriamente— ¿hace cuanto tiempo que no recargas el chakra de tu sello?

— ¿De qué... De qué habla? —susurré.

Sus ojos se abrieron ampliamente y después me ve con preocupación.