La Maldición Se Repite

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“呪いは繰り返す”

— Buen trabajo, todos — ¿si? ¿Y en qué demonios había ayudado yo? Maldición, en verdad solamente había ido para echar porras... Ni siquiera había visto a Naruto en acción con su nuevo jutsu— el peligro inmediato ya pasó, pero los Akatsuki aún están —anunció Tsunade desde su escritorio— no bajen la guardia. Naruto —la rubia miró a mi sobrino— tus heridas.

— Son mi medalla de honor —aclaró con triunfo a lo que yo rodé mis ojos.

— Por cualquier cosas deberías ir al Hospital Central de Konoha...

— ¡Nadie quiere recibir de mi tratamiento! —exclamé cansada —primero Shikamaru y después Naruto, vamos unas gotitas de mi sangre no les causará nada, es mas... Al contrario —inflé mis mejillas y me crucé de brazos indignada. Sakura se colgó del cuello de Naruto con uno de sus brazos, mientras despeinada su cabellera.

— No se preocupen, yo me encargaré personalmente de que Naruto asista al hospital —una sonrisa forzada se forma en el rostro de la pelirosada mientras el ojiazul suelta unos quejidos.

— Muy bien, les ordeno que se tomen un par de días —mi rostro seguramente mostraba lo inconforme que estaba ante lo que había escuchado—descansen sus cuerpos y mentes —bueno eso es algo que seguramente necesitaría Kakashi, era verdad, jamás le había visto tan dañado después de tantos años juntos en campos de batalla— ¡pueden retirarse! A excepción de Nashiro-san —mis cejas se alzaron por su petición. ¿Ahora yo qué? Todos salieron de su oficina y yo me quedé quieta en mi lugar, sintiendo la mirada de Shizune y Tsunade sobre mi.

— ¿Qué? —miré hacia mis costados.

— ¿Quién es ese chico? ¿Acaso tiene que ver algo con el clan Hatake?—su mentón reposa sobre sus dedo entrelazados mientras sus codos están apoyados encima del escritorio.

— No tengo idea —admití — apareció repentinamente y como por arte de magia se hizo muy amigo de Naruto, incluso él fue quien ayudó a perfeccionar su jutsu, se llama Hisoka.

— Hmp... No me vengas con tonterías, Nashiro. Ese muchacho tiene que ver algo con los Hatake, no puedes negar su gran parecido a Kakashi —se dirige a mi de manera golpeada, como si yo intentará de ocultar alguna inexistente verdad.

— ¡Si tanto interés te causa, creo que estas hablando con la persona equivocada! Kakashi seguramente debe saber algo al respecto si se trata de su clan, no yo, ¿que demonios voy a saber yo sobre ese niño? —irritada resoplé entredientes.

— No lo sé, será que eres nada más que la confidente de Kakashi —por enésima vez puse mis ojos en blancos. Esa no era una buena forma de referirse hacia nosotros como pareja.

— Cómo sea, ¿eso era lo unico que querías saber, abuela?

— Citaré a Kakashi y a Yamato dentro de unas horas en la la oficina de los forense, después de eso veré que tanta información podré sacarle —asentí con mi cabeza lentamente. Mientras no sea un hijo perdido de Kakashi como Yamato me había dicho, todo estaba bien. No tenía porque preocuparme, ¿verdad? —ya puedes irte y por favor mantén la guardia arriba. No quiero que te vuelvas a poner en riesgo, Nashiro.

— Tranquila, es la vida de cualquier shinobi, no se puede vivir serenamente —le guiñé un ojo y me despedí con una reverencia para después abandonar su despacho.

Parpadee un par de veces al realizar que alguien me había esperado todo este tiempo que estuve siendo interrogada por la Hokage.

— Kakashi... —susurré —creí que te habías ido —clarifiqué mirando lo deteriorada que lucía la máscara que cubría su rostro.

cursed; Kakashi Hatake [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora