Vagas Advertencias

1K 129 17
                                    

“漠然とした警告”

Justo cuando los nudillos de Nashiro iban a tocar la madera astillada de la puerta, esta se abrió, dejando con el brazo de la albina suspendido en el aire. Su rostro mostró algo de sorpresa al notar la visita que recién había tenido este Nikkita.

— Estará bien —escuchó pronunciar en un murmullo al Hatake para después pasar de ella y desaparecer en el pasillo. Tomó una respiro y entró a la habitación, sintiendo una extraña sensación de tristeza en el ambiente. ¿Que tanto había conversado Kakashi con Nikkita? Algo nerviosa llevó su vista hacia el pelo negro, quien se encontraba recostado boca arriba sobre la cama, con la vista perdida en el techo. Se acercó lo suficiente como para notar las lágrimas que reposaba en sus pómulos, mejillas y barbilla. Su rostro continuaba pálido, y las bolsas debajo de sus ojos continuaba siendo visibles, su nariz estaba ligeramente roja e irritada.

— Sabía que vendrías, pude olerte desde hace diez minutos atrás... Aunque ahora me resulta un poco difícil distinguir entre el aroma de Kakashi y el tuyo, por lo visto comparten mucho tiempo juntos, tanto que sus escénicas se están mezclando —acota el ojiverde sin mirarla. Su voz había salido igual de ronca, pero raramente tranquila— ¿lo amas, Nashiro-san? —los brillantes ojos verdes de Nikkita se clavaron en ella, provocando que un escalofrío recorriera todo el cuerpo de la joven.

— Vine a verte, Nikkita —aclaró Nashiro, evadiendo aquella pregunta. Con los dedos algo temblorosos pasó un mechón por detrás de su oreja.

— ¿No vas a contestar lo que te pregunté? —una risa amarga escapó por los finos labios del azabache. Era raro para ella no notar alguna actitud agresiva y energética por parte de Nikkita, él ahora lucía como un chico frágil y delicado.

— Desconozco la respuesta a aquella pregunta, pero puedo decirte algo que probablemte pueda servir como respuesta de momento —Nashiro dejó ir un suspiro y tomó asiento en la orilla de la cama del ojiverde — si amar es querer pasar lo que resta de mi vida a su lado y estar dispuesta a dar mi vida por él... Creo que si —explica la albina con un apenas visible rubor en sus mejillas.

— Itsuki te amaba y estoy seguro de que aún en la muerte lo sigue haciendo, Nashiro-san. No tienes pretexto para jamás dejar de sentirte amada —los ojos verdes de Nikkita se aguadan —voy a protegerte, voy a hacer lo que esa lagartija escuálida no pudo terminar de cumplir. Si tengo que morir por ti, lo haré para poder restregarle en la cara a Itsuki una vez nos reunamos, que nuevamente fuiste protegida.

Varias lágrimas resbalaron por el rostro de Nikkita, mientras que Nashiro le ve con la mirada nublada.

— Voy hacer que Itsuki este orgulloso de mi —aclaró entre lágrimas.

— Nikkita, te aseguro que él siempre lo ha estado —la albina llevó sus dedos para limpiar las desobedientes lágrimas que escurrían por el rostro del azabache.

— Nunca es suficiente, Nashiro-san.

Nashiro Tayori

Tal y como lo había sugerido la bruja, ahí estaba yo temblando del frío, a nada de arrojar la bata que cubría mi cuerpo para introducirme al lago. Este literalmente se  encontraba a menos de un veinte metros de la ultima casita rústica de la Aldea. La punta de mi pie apenas rozó el agua y un cosquilleo recorrió todo mi cuerpo. Un chillido escapó por mis labios cuando el agua helada comenzó a tocar la piel desnuda de mis piernas, pero aquella sensación desapareció cuando el agua llegó hasta mi cintura y por fin entré en un nuevo trance.

El está observando —me repetía mi subconsciente —siempre lo está haciendo.

¿Que demonios? Estaba en un bosque y daba la casualidad de que un aura tenebroso estuviera presente y además todo el lugar estaba consumido por la oscuridad, ni los mismos rayos de la luna eran capaces de atravesar las hojas de los árboles.

cursed; Kakashi Hatake [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora