Derrota

898 114 6
                                    

“敗北”

La junta de Akatsuki había transcurrido tras haber aclarado los futuros planes que se llevarían a cabo con Konoha.
Kakuzu abrió pesadamente sus ojos, saliendo del trance, mientras que Hidan tronó su espalda y se movía con trabajos por lo entumecido que se encontraba su cuerpo.

— Tuve que quedarme sentado durante tres días, casi me vuelvo loco —se quejó el peligris para después tronar su cuello—espera por mi, recomensa —sonrió triunfante mientras que Kakuzu se adelantaba, dejándolo atrás— oye, ¿a dónde vas Kakuzu? —se volteó hacia el enmascarado — ¡La oficina de Recaudación queda por allí! —apuntó con su dedo índice exactamente hacia el lado opuesto donde Kakuzu se estaba encaminado.

— ¿Eres estúpido? —le interrogó el de la frazada con desinterés.

— ¿Qué dices? —Hidan sujetó fuertemente con sus manos la peculiar guadaña de tres filos con la que cargaba, sintiéndose notoriamente ofendido.

— Nuestro objetivo es el Sello del Dragón y el Jinchuriki. No es necesario volver a ese lugar para caer en una emboscada —aclaró el ojiverde— Tomemos una ruta diferente a Konoha. Ya han pasado días. La Aldea Oculta de la Hoja ya debió recuperar la recompensa.

Una risotada escapa por los finos labios de Hidan.

— Bueno, así es —resguardo su arma en su espalda y se dispuso a alcanzar a su compañero de equipo.

— Ah, sí...

— ¿Ahora que? —pregunto fastidiado, mirando como el de la Aldea de la Cascada buscaba algo entre su túnica.

— Esa cicatriz da vergüenza, ¡cúbretela con esto! —le arrojó su banda Shinobi perteneciente a la aldea de la lluvia.

— ¡Oi! Es mi banda —comentó alegremente sujetando aquella banda entre en una de sus manos— ¿En verdad te molestaste en recogerla por mi? ¡Kakuzu! ¡Eres muy amable! —le sonrió de lado y tal como se lo había pedido Kakuzu, el peligris ocultó la cicatriz con su banda.

— ¡Callate, Hidan! ¡Es hora de irnos! —seriamente el de la frazada le dio la espalda al peligris.

— ¡Espera un momento! ¡Kakazu! —le pidió Hidan, intentando de ajustar el nudo de la banda en su cuello. Una vez terminó comenzó a seguirle —dime la verdad. Me aprecias, ¿verdad?

— Si sigues hablando, te mataré —lo acondicionó Kakuzu cortantemente, provocando que una carcajada proviniera de Hidan.

— Vamos, no seas timido. Yo si te aprecio.

***

— ¡Tu puedes, Naruto! —gritó Nashiro desde el gran agujero que rodeaba a su sobrino y a Hisoka. El rubio la escuchó y una sonrisa se formó en su rostro, mientras escuchaba al peligris explicarle cierta información sobre el jutsu.

— Ese chico sabe cosas que ni tú, ni yo sabemos, Nashiro-senpai —comentó Yamato a un lado de la albina. La mencionada alzó ambas de sus cejas y le prestó atención al castaño.

— Seguramente ha de ser de esos chicos prodigios —acotó la ojiverde restándole importancia, una vez que se encogió de hombros.

— No... No creo que sea así. Deberíamos preocuparnos si en algún momento ese niño busca pleito con algún de nosotros... Jamás había visto algo así —aclaró Yamato, pasando una mano por su mandíbula.

— Deberíamos preguntarle el nombre de la persona que lo entrenó —sugirió la Tayori, cruzandose de brazos, mirando como nuevamente Naruto practicaba su nuevo jutsu, en un par de minutos más seguramente estaría listo o tal vez... Tendría que terminarlo de practicar en el campo de batalla.

cursed; Kakashi Hatake [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora