Día Lluvioso

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雨の日”

— Recuerda que en cualquier momento se puede desatar un guerra —rodé los ojos al escuchar aquello provenir del peligris.

— Cómo sea —bufé y no comenté algo más porque no quería continuar con esa absurda conversación. Sin duda alguna me había dado cuenta, que no es buena idea tocar estos temas con Kakashi. Su actitud me había puesto de mal humor, bueno, después de todo, era lo que debía esperarme por su parte. Dejé de cepillarme la cabellera y me acomodo en la cama para recostarme, dándole la espalda al peliplata que aun permanecía recargado en la pared.

— ¿Te enfadaste? —escucho que me pregunta con pesadez.

— No —mentí, pero mi tono de voz no ayudaba en nada— estoy pensando en cosas importantes, como el paradero de Asuma y las demás visiones.

— Tu solo me mencionaste dos, ¿ocultas algo más? —rodé mis ojos.

— Buenas Noches, Bakakashi —apagué la lámpara que se encontraba a un lado de la cama, en la mesita de noche, dejando casi por completo toda la habitación oscura.

Narrador Omisciente

No era como si Kakashi se rehusara a tener hijos, eso si ella lo estaba considerando como el padre se sus descendientes, que obvio era más que claro que sí. Nashiro corría peligro a cualquier hora del día, tener un hijo acarrearía problemas que sin duda ninguno de los dos quisiera tener... O por lo menos el Hatake. Había notado un destello de desilusión en la mirada de la albina, como si hubiera cortado sus ilusiones, quizás no había ocupado las palabras adecuadas. Tampoco se trataba de hacerle sus noches o días grises a Nashiro, no se lo merecía y toda chica alguna vez en su vida tiene deseos de convertirse en madre y él no era quien para arruinar su fantasía, por un momento se sintió arrepentido. De igual manera, tarde o temprano tendrían que formalizar las cosas, era lo más correcto para después ambos poder fantasear con un futuro juntos. Eso es lo que quería Kakashi, aclarar las cosas y dejar de vivir en una nube de humo que probablemente se encontraba aturdiendo a la menor. Después de todo él no era fan de no tener en claro lo que eran, pero era más que obvio que se querían, por lo tanto no tenía mucho de que preocuparse, ella sería su pareja el resto de su vida.

Le miró con algo tristeza al notar lo aferrada que estaba a su almohada mientras dormía. Dejó ir un suspiro y llevó las yemas de sus dedos hacia la mejilla de la Tayori. Se removió y el peliplata apartó su toque de ella, no quería molestarla más. Algo cuidadoso se acostó a un lado suyo y la abrazó delicadamente, pegándola a su pecho. Quería hacerle saber que él siempre iba a estar para ella, cuidándola de cualquier cosa.

***

La ceja de la albina pareció tener un ligero tic al ver la escena que tenía enfrente de sus ojos.

— ¡Dame esa pierna de pavo que estas escondiendo! —rugió Nikkita mientras tomaba a un pobre chico del cuello de su ropa, alzandolo unos considerables centímetros del suelo. Al parecer su condición había tenido una evolución notoria. Había encontrado al azabache en un puesto de carnicería.

— Nikkita —le llamó la albina, atrayendo atención de ambos jóvenes —bájalo.

El ojiverde miró no tan convencido a su superior, pero al notar lo seria que estaba no le quedó de otra más que obedecer.

— ¡Baka! —escupió Nikkita fuertemente contra el rostro de aquel niño, provocando que este se encogiera en su lugar.

— Vamos, tienes que desayunar.

— ¡Eso es lo que estaba planeando! No insinuó comer avena o esas mierdas que ustedes desayunan —se quejó el de coleta roncamente, tomando lo primero que encontró en aquel puesto; una pechuga entera de pavo. Nashiro no lo notó pues ella creía que Nikkita estaba caminando detras suya. Entonces él ojiverde caminaba con una sonrisa triunfante detrás de la ANBU, dirigiéndose al pequeño comedor de la cabaña principal.

cursed; Kakashi Hatake [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora