cursed; Kakashi Hatake [editando]

Capítulo 22; "Arigato"

La chica con poca fuerza se sujetó del cuello del peligris. Su respiración se había acelerado por un pequeño esfuerzo. Kakashi le miró preocupado y no encontraba algo lógico que decir, simplemente se encontraba más que alegre por saber que Nashiro se encontraba milagrosamente con vida.

— ¿Estabas recuperando chakra..? —preguntó después de un rato este Kakashi.

La ceniza asintió lentamente con su cabeza, evitando gastar energía. El peligris lo pensó más de dos veces cuando decidió cargarla entre sus brazos. Nashiro no podía reaccionar, pero acto seguido fue algo que le agradecería en un futuro. Entre los brazos de Kakashi, la chica volvió a ser sumergida, casi de cuerpo completo a excepción de su cabeza. El platinado simplemente estaba ayudando de soporte y cuidado. Nashiro cerró sus ojos suavemente, más tranquila, sintiendo como la energía natural comenzaba a fluir por todo su cuerpo. Kakashi entreabrió su boca, sintiendo la presencia de un poderoso Chakra. Jamás en su vida había sentido algo semejante a esto, ¿era este el Chakra del Sello?

El rostro de la joven pareció ponerse más hermoso de lo que ya era, sus pómulos se tiñeron discretamente de un lindo rubor, sus labios volvieron a tomar color y sus ojeras desaparecieron. Toda ella volvía a ser la Nashiro que conocía, inevitablemente la pegó más hacia su pecho, provocando que ella se sintiera protegida y acogida por su calor.

Nashiro Tayori.

Era como si estuviera sonámbula y sólo pudiera hablar con mi consciencia. Me sentía controlada, como si mi cuerpo actuará por algún tipo de instinto. Cuando fui capaz de abrir mis ojos, me encontraba en este lugar. Llegué a creer que Kakashi me había traído hasta el lago, pero no fue así porque repentinamte sentí su chakra. Seguramente había sido acto mágico del Sello o algo semejante, ya lo investigará más tarde. En estos momentos no sabía si ponerme completamente nerviosa debido a que un hombre estaba sosteniendo mi cuerpo enteramente desnudo o... quizas no era el momento de pensar en la vergüenza, esto era serio. De no ser por el Sello del Dragón me encontraría muerta, inerte, en proceso de descomposición. Lo peor de todo es que Kakashi me había atravesado con su mano y un chidori, este sujeto en verdad había tenido toda la disposición de hacerlo pese a todo los momentos que hemos compartido juntos. No iba negarlo, eso había dolido emocionalmente, después de todo, ¿que podía pensar de un shinobi a su altura? Primero estaba la aldea y hasta al último yo, fui muy ilusa al creer que él jamás llegaría a hacerme daño, aún así no lo culpaba, cumplía su misión.

No sé por cuánto tiempo nos mantuvimos en aquella posición, pero si yo fuera él, estaría sintiendo mis extremidades entumecidas. Creo que ya había reunido bastante chakra como para poder hablar decentemente y siquiera mover mis articulaciones. Sintiendo mis párpados pesados abrí mis ojos lentamente, encontrándome con su mirada. El chaleco que me había puesto estaba completamente mojado y el... Ni se diga, debería tomar una ducha apenas llegara a casa.

— Parece ser que tu chidori no fue tan poderoso. —intenté burlarme en un tono débil mientras buscaba la forma de dejar de estar entre sus brazos.

Kakashi cuidadosamente me ayudó ponerme de pie... Bueno no podía estar tan de pie porque enseñaría partes privadas que el chaleco desde luego no lograba cubrir. Por lo tanto me vi obligada a mantenerme oculta en el agua. Busqué con la mirada mi ropa o lo que sea que haya traído encima antes de entrar al lago. Gracias al cielo estaba en la orilla del agua.

— Te ayudaré a vestir. —me informa mientras extiende su mano hacia mí, sin verme. Parpadeo un par de veces sintiendo pena ajena. Que mi antiguo superior y jefe de ANBU me viera como mi madre me trajo al mundo sería verdaderamente una situación incomoda, pero debida a las circunstancias no me quedaba de otra. Con seguridad tomé su mano, confiaba en él.