cursed; Kakashi Hatake [editando]

Pequeñas Modificaciones

“小さな変更”

— ¿O vas a salir también con tus pretextos de que no tienes tiempo para estas cosas? —¿pero si tenía tiempo para leer novelas pervertidas? ¿Ah? ¿A quién quería engañar? Estaba hablando con el mismísimo Kakashi Hatake, ni siquiera sé porqué estaba perdiendo mi tiempo, después de todo seguía siendo el shinobi más frío y despiadado de todo Konoha.

Como si fuera una hábito, gruñi. Ya no quería seguir desgastandome en hablar con él. Le quería, era cierto, pero tampoco iba a obligarlo a que el hiciera lo mismo conmigo—... Olvidalo, olvida que alguna vez pasó esta noche, ¿si? —tampoco quería recordar lo humillante que estaba
siendo esto para mí.

— Nashiro-san...

— Por favor, es realmente ridículo y humillante —le pedí con un ligero titubeó en mi voz.

Un suspiro escapó por su parte, llevando la vista hacia el cielo, su mano se encontró en su nuca y ahí acarició su cabellera.

— Tú no sabes escuchar a la gente —apunta tranquilamente con la atención en la luna.

— No quiero escucharte —aclaré —ahora bien, me voy. Quiero dormir —no dije más, le di la espalda y caminé en dirección hacia mi apartamento.

Narrador Omnisciente

Ambos caminaban en silencio hacia el mismo lugar, después de todo eran vecinos. Kakashi caminaba detrás de ella, pensativo.

«Esta mujer, en verdad es muy terca» pensó el peliplata« ¿cómo se lo digo..? »continuaba divagando dentro de sus pensamientos. Después de todo ahora mismo era un mal momento como para decirle que el estaba dispuesto a aceptar sus sentimientos. Esperaría hasta que la ANBU se apaciguara y olvidara al menos un poco lo que había ocurrido. Jamás la había visto de esa manera, sin embargo se le hacía lindo la forma en la que se enfadaba, pues se ponía roja y sus labios se fruncían involuntariamente. Kakashi había creído que había sido muy obvio con sus sentimientos, pues el sentía que había actos muy patentes, como el mostrarle su rostro. Jamás había hecho eso con nadie más, ¿ni siquiera fue capaz de notarlo?

Una sonrisa se formó en su rostro, realmente Nashiro lucía intimidante caminando de esa forma, sus pisadas eran fuertes y sus manos eran puños. Aquel golpe que le había dado probablemte le dejaría una marca en la mejilla, cosa que no sería visible por la fina tela que siempre vestía. Una vez llegaron, la ahora albina se encerró en su hogar de un portazo sin siquiera voltearle a ver. Kakashi se alzó de hombros y lo único que cruzó por su cabeza fue:

«Mujeres»

Se introdujo a su hogar y se alistó para dormir al igual que su vecina. Esta vez ella no se encontraba llorando, solo estaba intentando de convencerse que lo que había ocurrido era producto de su imaginación, que jamás había dicho tal cosa como para perder la dignidad y el poco orgullo que tenía.

***

¿El rojo o el azul? Una ceja se arqueó mirando el kimono negro, pero este se quedó en el olvido cuando sus ojos se encontraron con un kimono blanco con adornos dorados y rojos.

«Ese» pensó absorta y lo sacó de su guardarropa. Después de veinte minutos en haberlo ajustado a su cuerpo se miró en el pequeño espejo de su tocador« ahora el cabello» susurró, mirando varios adornos y prendedores que podía usar en su cabellera. Esta vez se emocionó de más, peinó el flequillo rebelde de todos los días, acto seguido acomodó en una coleta alta su cabellera y formó un moño en una semejante forma a la de un corazón con dos mechones de cabello callendo a los costados de su rostro. Pará el toque final puso unas clases de palillos con alhajas colgantes en el moño. Lucía como las típicas princesas de las antiguas dinastías. Aunque pensando en la jerarquía de su clan esto era un poco parecido a como en realidad debía de vestir. Salió de su hogar, dejando ir un bostezo, completamente renovada. Ahora buscaría a Naruto para ir a desayunar, seguramente se encontraba dormido. Caminó muy tranquila de camino a su antiguo hogar, subió las últimas escaleras que daban con la puerta del pequeño lugar del rubio. Miró con una sonrisita el logo del Clan Uzumaki en la puerta y llevó su mano a la manija, lentamente la giró y se encontró con un Naruto somnoliento, quien picaba su nariz con su dedo meñique.