cursed; Kakashi Hatake [editando]

Capítulo 72; "Akatsuki arrival"

— ¿A dónde crees que vas? —interrogó el Uchiha cuando salió de un portazo por aquella casucha, haciendo retumbar las paredes de esta.

La albina rodó sus ojos y no se detuvo ni siquiera para voltearlo a ver. Las espesas nubes no daban acceso a los rayos de la luz del sol, probablemente era cerca de medio día y no parecía más que una noche infinita.

— ¿Es que en verdad eres tonto? —cuestionó la ojiverde intentando de ignorar el frío infernal que la estaba agobiado, poco después también al azabache.

Se encaminó a paso veloz hacia ella, sintiendo como en cada pisada su pie se hundía entre la nieve. En un movimiento brusco la hizo girar sobre su propio eje desde un agarre en su cintura. La albina iba a soltar un insulto, pero evidentemente no fue posible porque los labios de Obito se encontraron ambrientamente con los de ella. Esta vez no había ninguna razón para responderle aquel beso.

Sus ojos se abrieron ampliamente y de inmediato lo alejó violentamente de ella.

— ¡¿Qué mierda te ocurre?! —escupió ella una vez que borró con asco aquella sensación de su boca. Aquel empujón exitoso había hecho tambalear al Uchiha, casi perdiendo el equilibrio. Nashiro estaba muy enojada, ¿por qué hacia eso?

Activó sin ningún problema el chakra del Sello y velozmente se acercó a Obito para cogerlo en un puño de su ropa, dispuesta a enterrarle sus nudillos en la mandíbula.

***

— ¡Hah! ¡Ahí estás! —exclamó la bruja con un brillo peculiar en sus ojos. Tomó una pequeña cuchilla y la deslizó en aquel pequeño sello que poseía en el interior de su antebrazo, para que este a los pocos segundos se tornará de un color aqua.

Sonrió con un cigarro entre sus labios. Devolvió su cuchilla hacia el escritorio, se puso de pie y después hizo una Invocación con sus manos, concluyendo en colocando la palma de su mano ensangrentada en un sello que se había ilustrado en el suelo.

3...2...1...

Una enorme nube de humo se hizo presente dentro del despacho, tanto que provocó toser a la baba. Abanicó su rostro, esperando que el humo desapareciera en cuestión de segundos.

Ahí estaba ella, Nashiro en una posición extraña, como si estuviera a punto de golpear a alguien.

— Vaya que sorpresa tenemos por aquí. —comentó la anciana una vez arqueó una de sus cejas— ¿interrumpí algo?

La ojiverde parpadeó un par de veces, y pausadamente se volcó a ver a la anciana.

¿Cómo es que..?

Gruñó y negó repetidamente con su cabeza. Se había quedado con unas enormes ganas de golpearlo.

— Ese imbécil. —susurró entre dientes la albina cuando mejoró su postura y se cruzó de brazos.

— ¿Y bien? ¿Qué ocurrió? —se animó a preguntar la anciana tras recargarse en su escritorio.

— Más bien, ¡eso debería preguntarlo yo! ¡Creí que toda la aldea había sido destruida por esa mujer! Por cierto, ¿que fue de ella? —la comisura de sus labios se feuncieron al notar que todo estaba bastante tranquilo.