Viviendo SIN sexo

Mar azul

Mis ojos no pueden creer lo que ven, me sobresalto de la emoción y corro con pequeños saltitos rápidamente hacia el interior de aquella gran mansión en la playa.
Es gigantesca. Es blanca la mayoría pero hay partes que sobresalen de color rojo y las ventanas le dan un aspecto futuristico. Aún no puedo creer que voy a vivir ahí por todo un año.
Tengo que cambiar de lugar cada año, pero puede que decida quedarme este lugar es asombroso.
Me cubro la boca y agarro mis maletas con fuerza mientras con la llave que me dieron abro la mansión, mis manos tiemblan alocadas y suelto una risita nerviosa al oler el agua salada, los peces, la brisa, es casi como un sueño.
Tenía un gran precio, obviamente además de que el precio se dividía entre 6 personas.
Lo que la hace mil veces la mejor mansión del mundo, además los chicos con los que viviré van a la misma universidad, tenia que escapar de el lugar de antes y volver a tener un nuevo comienzo.
Olvidar el pasado.

Al entrar lo primero que ves es una gran sala con una televisión enorme y las paredes de vidrio donde puedes observar una bañera y una caminada que va hacia la playa.
Esto es. Aquí empieza mi vida de ensueño.
Empiezo a hacer un bailecito de triunfo y felicidad en medio de aquella sala que ahora va a ser mía.
Al lado de la sala estaba la cocina no tan Grande pero muy moderna y cerrada, pero del otro lado estaban las escaleras que dan hacia los dormitorios supongo.
Agarro mi maleta y trato de hacerla subir por los escalones lo que provoca que haga mucho ruido ya que los escalones son de madera. Suspiro agotada por el ruido escandaloso que hace.
— ¿QUIEN ANDA AHÍ? ¡RECUERDA LAS REGLAS!— Me quedó petrificada y después reaccionó, esta también es mi casa ahora.

— Amm... hola soy Vanessa la chica nueva! Lo siento.— dejo la maleta ahí abajo y subo las escaleras viendo lo que son unos pasillos con las puertas hacia los dormitorios y un baño compartido. Genial.
En una de las paredes hay una lona grande con lo que dice tener escrito:

REGLAS: IMPUESTAS SABIAMENTE. (O algo así)
1.- No despertar a los demás antes de la 1 pm. (Fines de semana)
Ah con razón no debía de hacer ruido, me parece razonable aunque no me desvele demasiado no quisiera incomodar a los demás.
2.- Si ensucias algo. Lávalo. Cochino. (Lavaras todo durante una semana si no)
Suelto una risita al leerla.
3.- Si te enojas, perdona. Es una de las más sabias cualidades y también el primer paso a la felicidad ojo a esto.
¿Están cuerdos aquí?
4.- Poner calcetín si tienes acción con el chiquitín.
Humm, claro. Claro.
5.- Si no quieres que entren: cierra con llave. Entraremos si está Abierto.
¿Es broma?
6.- Si haces fiesta: votación grupal y invitar amigos de los demás.
7.- Si haces mucho ruido y alguien quiere dormir síguelo haciendo. A menos que no sea de noche.
Ja, no creo que estas reglas sean buenas.
8.- Cada quien compra su comida. (Excepto el desayuno)
9.- No mostrar, ni provocar ojo a siguiente regla.
10.- No tener sexo con tus roomies. Somos una comunidad fuerte y seguiremos siéndolo. Adiós si tiene sexo. Puedes tener con cualquier otra persona que no sea nosotros. NADA DE SEXO.

¿Quien hizo estas reglas?
No puedo evitar y me rio fuertemente. Ah si. No debo hacer ruido, ¡Que estupidas reglas!
— Si bueno, como vivirás aquí tendrás que cumplirlas y verás como nos mantienen a todos unidos. Somos uno solo.— me giro al escuchar la voz masculina y gruesa proveniente de una de las habitaciones. La regla del sexo es molesta ahora.
Es increíblemente guapo. Trae una pijama de cuadros y una camiseta arrugada obviamente se la puso a apuros y el cabello desenmarañado aún así duele físicamente verlo.
El cabello castaño un poco largo le cae, el se percata que lo estaba viendo y se lo amarra en apenas un chongo, sus ojos verdes trasmiten a alguien muy seguro de sí mismo y algo más que no logro descifrar.
Alguien nunca tuvo inseguridades en su vida, hellow