Capítulo 27

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(traducido al español por las queridas Anneth y Nuria)

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(traducido al español por las queridas Anneth y Nuria)

El taxi se detuvo en Old Compton Street en Soho. Archie nunca antes había visitado el Soho, aunque había oído hablar de él de pasada, en las oficinas de los Ardley, sabía que era un lugar muy popular de la vida nocturna en Londres. Un crisol de culturas, con inmigrantes de los cuatro rincones de la tierra, Soho como era de esperar, se mantenía vivo con todo lo que esas culturas le habían aportado al lugar. Música, baile, comida, una gran variedad de sonidos, movimientos, sabores y gustos, aquí había algo para cada persona y todos eran aceptados. La calle estaba llena de gente, incluso si se acercaba la medianoche.

Salieron del auto. Él se paró en la acera, dudando si moverse, y la miró mientras abría su bolso, buscando sus llaves, a la vez que el taxi se marchaba. Ella levantó la cabeza y se encontró con las preguntas en su mirada.

"Vamos", dijo, incitándolo a seguirla.

Tres puertas más adelante, siguiendo el camino, se detuvo. Puso las llaves en la puerta y la abrió. Una oscura escalera se encontraba justo en la entrada, que conducía a una habitación aún más oscura en la parte alta. Encendió un interruptor en la pequeña entrada del pasillo. Se encendieron un par de luces en la pared.

El sonido de sus tacones resonó tras de sus ligeras pisadas en la escalera de madera. Ella giró la cabeza hacia atrás. El desconcierto se mostraba en la cara de Archie, quien estaba congelado al pie de las escaleras, con la puerta detrás de él todavía abierta. Su anterior impulso en la pista de baile, su absoluta determinación de hacer que ella se fijara en él, había dado lugar a una serie de preguntas que parecían no tenían fin a medida que pasaba el tiempo. Con cada movimiento de ella, más nacían en su mente.

"Cierra la puerta y sube Archie...", sus palabras salieron casi como una orden para él y él las obedeció sin reparo, pensando que las respuestas tendrían que llegar más tarde que temprano. O se volvería loco.

Llegaron al final de las escaleras hasta una puerta de cristal. La palabra ESTUDIO se deletreaba con letras grandes, elegantes y doradas. Ella la empujó para abrirla. Se reveló una habitación estrecha pero de forma adecuada. La luna llena en el cielo se multiplicaba en su reflejo dentro de los espejos de la pared, que se encontraban frente a las grandes ventanas. Bandas de su luz plateada cruzaban el piso de madera.

"Lo siento, todavía no hay luces aquí...", se volvió y le dijo.

Archie miró a su alrededor asimilando el lugar, pero... cuál era el propósito de que lo trajera allí, no tenía ni idea. Sus ojos volvieron a ella. Con su vista habiéndose acostumbrado a la luz de la luna, podía verla más claramente. Podía ver las curvas de su cuerpo como si estuvieran dibujadas por una línea plateada, de la misma manera que se mostraban en su sombra alargada en el suelo. Su corazón había alcanzado su garganta. Guardó silencio, simplemente mirándola.

"¡Es mi propio estudio de baile, tonto!", Exclamó. "Sin embargo, todavía no está listo... Por eso", dijo.

La pasión resonó en su voz. No pudo evitar sentirse atraído por ella. Era joven, de espíritu libre, creando su propio camino en la vida, en sus propios términos. Dio un paso hacia la luz de la luna y se paró frente a ella. El azul de sus ojos brillaba igual que el mar bajo el sol de la tarde.

La rosa escarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora