52- Reencuentro.

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La niñez es uno de los mejores momentos de la vida. Es cuando ríes, disfrutas, compartes y en donde no te interesa nada ni nadie. Son momentos que marcan una felicidad en la vida. Las risas a todas horas con tus amigos. Los juegos. Absolutamente todo. Y la mejor parte. Ese amigo especial.

Aquella persona con la que andas para arriba y para abajo. No te despegas de ella ni un momento, esa que te hace reír a cualquier hora del día. Que por más que peleen siempre estará allí para ti.

-Un, dos, tres. Listos o no allá voy –grito un niño con sus ojos tapados para luego abrirlos y salir corriendo detrás de sus amiguitos-

Estaban jugando un famoso juego. "Loco escondido". Consistía en que uno de ellos se tapaba los ojos y comenzaba a contar hasta cierta cantidad. Mientras los demás salían corriendo y se escondían para no ser atrapados, para luego regresar al punto de partida y así ser los ganadores.

El niño de cabellos rojos comenzó a buscar a sus amigos por todas partes. Tenía que estar pendiente, porque si uno de ellos salía tenía que correr con todas sus fuerzas hasta el punto de salida y así hacer perder a los demás.

En una pequeña esquina, detrás de una pared, se encontraban aquellos amigos inseparables, amigos del alma.

-Lou –susurro bajito Harry para que Ed no los escuchara y no supiera donde estaban- Tenemos que salir corriendo.

-Aun no Harry –contesto el pequeño niño mirando para todos lados- Tenemos que esperar. ¡Oh coño! –Grito bajito para que solo el rizado lo escuchara- ¡Hay viene! –se adentró más a la esquina para que no fueran visto. Y lo logro. Ed no los pudo ver. Pero no se percató de que al hacer aquel movimiento quedo frente a su amigo. Cara con cara. Sus respiraciones mezclándose con la ajena. Un movimiento en falso y podrían besarse. Pero a ellos eso no les importo. No les importo el que fueran los mejores amigos. No les importo que ambos fueran hombres. Ni siquiera les importo el que fueran tan pequeños y sentir deseo por un cuerpo ajeno. Así que unieron sus labios. Ambos no sabían que hacer. No sabían besar. Solo se quedaron así. Labios contra labios. –Harry –susurro Louis cuando se separaron solo unos centímetros. Este lo cayó con otro beso pero esta vez moviendo sus labios. Era una experiencia única para los dos. Sus labios se movían con una timidez y una sensualidad que ellos nunca supieron que tenían.

Harry se despertó de repente. Aun podía sentir los labios de su mejor amigo en los suyos. Aun podía sentir el movimiento que ambos causaban haciendo que sus salivas se intercambiaran.

No era la primera vez que el rizado soñaba con aquello. Llevaba semanas soñando con lo mismo.

Miro a su mesita de noche y pudo apreciar la foto de él y Louis salían como todos buenos amigos. Abrazados con el brazo por encima del hombro del otro. Sonriendo a la cámara como que si nada más importara en ese momento.

Él tenía apenas 6 años cuando se besó con Louis, mientras que este tenía 9. Un día después de ese maravilloso momento sus padres le anunciaron que por asuntos de negocios tenían que mudarse. Él no quería mudarse. No quería abandonar a Louis, no después de él beso que habían compartido. Pero no le quedo de otra que despedirse de su mejor amigo. Aun recordaba perfectamente las palabras que el castaño le había dicho antes de subir al avión.

"Cuando yo tenga 20 años y tú 18, es decir cuando tu cumplas tu mayoría de edad, iré por ti. No me importa donde estés. Con quien estés. Solamente iré por ti"

Recordaba esas palabras y le dolía en lo más profundo de su corazón. Aun creían en ellas. Y a pesar de que habían pasado meses de que había cumplido los 18 el no perdía la esperanza de que Louis fuera en busca de él.

Pero habían pasados dos meses más y sus esperanzas decaían de una forma inigualable. Sabía perfectamente que Louis no iría por él.

Aunque el destino le tiene preparada otra cosa.

-Señor Tomlinson –menciono un señor saludándolo con la mano- Por fin lo encontramos.

Louis cuando había cumplido su mayoría de edad. Empezó a mover cielo, mar y tierra en busca de su Harry. Aun recordaba aquel beso y eso hacía que su corazón latiera de una forma desenfrenada.

No le había sido nada fácil. Había tardado un poco más de tiempo de lo que le había prometido al rizado. Pero al escuchar aquellas palabras su corazón volvió a latir. Había contratado a un detective para que lo consiguieran. Y luego de tanta búsqueda lo había conseguido.

-¿En dónde está? –Pregunto levantando de la silla de su escritorio-

-Señor lamento decirle que se encuentra en Rusia.

Louis se desplomo en su silla sorprendido. ¿Rusia? Pero si él se encontraba en Venezuela. Definitivamente no iba a hacer fácil llegar allá pero lo haría.

Empezó a mover todos los trámites para llegar lo antes posible a aquel país. Al ser el dueño de una de las mejores empresas de toda Venezuela. Tenía que dejar su agenda organizada y dejar todo en mano de sus expertos abogados.

Luego de una semana de tanto ajetreo. De un vuelo sumamente largo. Tomando varios vuelos para poder llegar a Rusia. Por fin llego. Iba en el taxi justo a la dirección que le había dicho su detective. El taxi llego a su destino. Él le pago al señor y le agradeció. Pero este le contesto en ruso y no entiendo nada, así que solo asintió con la cabeza y agarro su maleta.

La casa de Harry era grande aunque de solo un piso. Era de color azul turquesa con rejas blancas.

-¡Voy! –Escucho gritar desde adentro una vez que había tocado el timbre-

Harry bajo las escaleras. Era domingo. Nadie lo visitaba ese día. Y sus padres no llegarían hasta la próxima sema de Estados Unidos. Abrió la puerta encontrándose con un chico que miraba las puntas de sus zapatos.

-¿Puedo ayudarte? –Menciono al no obtener respuesta del chico-Este levanto la cabeza encontrándose con un chico alto, de cabellos perfectamente rizados, ojos color verdes. Sonrió. Era el mismo Harry desde hace tiempo. -¿Louis? –pregunto incrédulo al verlo en su puerta. Era un poco más bajo que él. Ojos hermosamente azules claros. Piel maravillosamente bronceada. Cabello castaño sedoso. No pudo aguantar más la emoción se abalanzo sobre el chico que lo esperaba con los brazos abiertos- Volviste –susurro Harry- Volviste por mi –siguió con sus lágrimas a punto de desbordarse-

-Prometí que volvería por ti –susurro Louis en respuesta separándose solo un poco de su mejor amigo-

Ambos tenían una enorme sonrisa en sus rostros. La sonrisa de Harry marcaba sus hoyuelos de una manera encantadora. Mientras que la sonrisa de Louis hacia que a los costados de sus ojos aparecieran pequeñas arrugas haciendo que se viera realmente tierno.

Y ahí estaba todo de nuevo.

Un movimiento en falso y podrían besarse. Pero a ellos eso no les importo. No les importo como aquella vez. No les importo el haber estado tanto tiempo sin verse. No les importo absolutamente nada.

Y juntaron sus labios.

Esta vez no era como aquella vez cuando estaban pequeños. Esta vez no solo juntaron sus labios y los movieron un poco. Ahora se besaban con amor, ternura. Demostrándose a través del beso cuando se habían extrañado. Aventuraron su lengua a la boca ajena. Tocando con suavidad, sin apuros. Porque ahora, solo eran ellos dos.

One Shots {Larry Stylinson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora