Capitulo 3 La gata ladrona y la asesina del pelo rojo

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Hace cinco años Nami tenia 15 años, en esos tiempos era ladrona de piratas para conseguir dinero para Arlong, ya que todavía le faltaría tres años para conocer a Luffy, se encontraba en una isla de East Blue donde esperaba la llegada de un barco pirata para poder robarle, en esos momentos apareció uno cuya bandera tenía una carabela con unas franjas rojas en el ojo derecho y detrás de la carabela se encontraba dos espadas cruzadas, cuando llegó al puerto un hombre del pelo rojo como la sangre se bajó con su tripulación para visitar el pueblo, Nami vio esto una ocasión asombrosa para robar algo de dinero, entró con mucho cuidado, asegurándose de que no había nadie, cuando se fue al interior de la habitación del capitán suponiendo que estaba allí el tesoro, vio una chica más o menos de su edad era un poco más bajita que ella, la piel era muy clara, tenía el pelo largo y rojo como el otro hombre, lo ojos eran grandes de color miel, esta chica estaba sobre una cuerda muy fina, era un poco más gruesa que el hilo de un ovillo de lana, la joven, al escuchar abrirse la puerta del susto que se llevó, se cayó al suelo, quejándose del dolor y alzando la mirada encontrándose a la chica plantada en la puerta sin saber bien que hacer.

-¿Quién eres tú?-Preguntó molesta, Nami se quedó sin habla, en menos de un segundo Mitsuki fue lo suficientemente rápida como para coger una pistola y apuntadla.-Te he hecho una pregunta.

-Soy... soy Nami.

-Bien Nami ¿qué haces aquí?-Preguntó cogiendo con la otra mano una katana.

-No lo se.

-Pues yo creo que si lo sabes pero no quieres decírmelo.-Dijo cabreada Mitsuki, Nami trago saliva y empezó a temblar de miedo, la pelirroja al ver que estaba aterrorizada con un suspiro bajo la katana.-¿Cuántos años tienes?-Preguntó.

-Quince.

-Esta bien, soy Mitsuki y tengo dieciséis años, no te haré daño a menos que me ataques, dime ¿qué haces aquí?-Preguntó la pelirroja.

-Lo siento.-Se disculpó, la joven siguió mirándola esperando una respuesta.-Solo quería un poco de dinero.-Al escuchar eso, Mitsuki empezó a reírse a carcajadas.

-Eres una ladrona, vale ahora lo entiendo, bueno aquí no encontrarás mucho dinero, tenemos el justo para comprar la comida y madera para el barco, lo siento por decepcionarte.-Dijo Mitsuki sonriendola, Nami asintió avergonzada, la pelirroja la miro sonriente, cogió una bolsita, puso la pistola en el tobillo haciendo que la bota la tapara, guardó la katana en una funda y se la colgó en la cintura, se hizo una coleta y cogió del brazo a Nami saliendo al exterior del barco.-Vamos y compramos algo, tengo algunos ahorros, si se acerca algún pirata te ayudaré a robarle, hace mucho tiempo que no salgo del barco yo sola, no puedes imaginar cuanto, siento haberte atacado, cuando estoy entrenando estoy un poco gruñona.-Nami se sorprendió ante la rapidez de cambio de humor y de la confianza que había cogido.

-Tienes muy buen equilibrio, eso fue increíble.-Dijo Nami dejando la vergüenza y el miedo aparte.

-Gracias, pero todavía no soy lo suficientemente poderosa, bueno, Nami, dime ¿por qué robas?-Preguntó Mitsuki mirando una tienda de armas.

-Para ayudar a la gente que quiero.-Respondió la niña, la pelirroja al escuchar eso la sonrió ante la humildad de ella.

-Nunca pensé que los ladrones tuvieran corazón.-Dijo Mitsuki.

-¡Pero si tu eres un pirata!-Le gritó regañándola haciendo que se riera a carcajadas.

-Es verdad, los piratas también roban.-Reconoció riéndose, salieron de la tienda y vieron como la gente gritaba "¡piratas!" Mitsuki se extrañó ya que se habían puesto en una parte oculta del puerto además casi nunca gritaban cuando los piratas de Shanks llegaban a un sitio ya que se sabía que no atacaba a los habitantes, se acercaron a donde la gente huía viendo unos piratas con pinta asquerosa, eran robustos todos ellos tenían katanas o pistolas, estaban robando en una tienda, mientras se reía porque la gente les temía, el que parecía el capitán tenia el pelo algo largo y azul oscuro, con los ojos rasgado y nariz grande, tenía un puro que fumaba tranquilo mientras robaba, Mitsuki quiso intervenir, pero vio una buena oportunidad para que Nami les robara.-Nami ve a su barco y roba todo lo que puedas, estos seguro que tienen mucho oro, yo les entretendré.

-¿Cómo?

-Tú sólo ve.-Dijo empujándola.

-Deja eso pirata asqueroso, no sabes cuanto hemos trabajado mi familia y yo para tener eso y ganarnos la vida.-Gritó un niño más o menos de la edad de Mitsuki, mientras los padres les gritaba que no lo hiciera, el pirata sin parar de reírse empujó el niño mientras este seguía insultándole, el capitán alzó la mano que empuñaba una espada con intención de matar al niño, cuando le iba a dar, una katana paró el trayecto.

-Matar a niños pequeños es de cobardes ¿no crees?-Preguntó Mitsuki mirándole con rabia.

-¿Y tú eres una adulta? ¿pretendes luchar contra mi?-Preguntó el pirata riéndose.

-No, no soy una adulta, pero ten por seguro que aún siendo una adolescente, soy más hombre que tu.-Dijo Mitsuki vacilante, el pirata empezó a reírse a carcajadas.-Eso ha sonado raro...-Se susurró a si misma.

-Una niña que se cree hombre, las mujeres no sois más que unas debiluchas y si sois pequeñas más aún.-Exclamó, Mitsuki se rió y con un simple movimiento con la Katana hizo que la espada del pirata saliera por los aires, este se quedó mirándole asombrado al mismo segundo que le dio una patada en la sien así dejándolo inconsciente.

-¿Decías algo?-Preguntó Mitsuki mientras los nakamas de este se le quedaba mirando, tras deshacerse de ellos, salió corriendo en busca de Nami, cuando llegó la vio rodeada de piratas que sostenían una espada por su cuello.

-Fíjate, fíjate, la pequeña ladrona pretendía llevarse todo nuestro oro ¿y ahora qué? ¿enserio piensas que saldrás de esta?-Preguntó un nakama con largos dientes y un bigote bastante extraño.

-¡Eh! ¡Cara rata!-Exclamó Mitsuki, este se giro recibiendo un disparo en el pecho.-Apártate de su camino.-Todos los nakamas al ver el ataque de la chica corrieron a matarla, Nami se asustó enormemente.-¡NAMI YO ME OCUPO DE ESTOS, TÚ COGE TODO EL ORO QUE PUEDAS Y SALVA A TUS SERES QUERIDOS!-Le gritó Mitsuki mientras luchaba con todos a la vez deshaciéndose fácilmente de muchos de ellos sin recibir ni un solo rasguño, Nami hizo lo que le indicó saliendo corriendo, cuando volvió con las bolsas de oro vio a todos los hombres en el suelos inconscientes, había una nota encima de "cara rata", cual cogió Nami "Cobra la recompensa del Capitán, B16.000.000, espero que así te falte menos para salvarlos, suerte, algún día nos volveremos a ver. Firmado: M. PD: no hables de mi existencia con alguien, tú nunca me has conocido, y te agradecería que quemaras la carta, gracias." Tras leer esto Nami no pudo evitar sonreír y que le saltará un poco las lágrimas. Mientras tanto Mitsuki volvió al barco donde su tío le esperaba.

-Veo que le has dado una buena paliza a toda una tripulación de piratas, incluso el capitán.-Dijo Shanks sentado, Mitsuki se puso nerviosa.

-No se de lo que hablas, he estado todo el día entrenando.

-Mitsuki todo el pueblo habla de la niña del pelo rojo que derrotó a esos piratas, salvaste a una familia, principalmente a un niño pequeño, lo has hecho bien, no tienes por qué negarlo.-Dijo Shanks con una sonrisa, Mitsuki al escucharle suspiró aliviada.-Pero estas castigada, por salir, por hacer que ya te conozcan todo un pueblo, como sigas así van a poner precio a tu cabeza, tu padre te encontrará, y te obligará mínimo a alistarte en la marina, así que una semana sin jugar a las cartas con Ben, se acabaron las clases de puntería con Yusopp durante también una semana.

-Shanks, no le quites a la chiquilla las clases de puntería solo por salvar vidas.-Dijo Yusopp riéndose.

-Bueno los de las clases sigue en pie, pero nada de juegos de cartas ni de hacer bromas con Lucky.-Finalizó Shanks.

La promesa de sangre -Fan fic One piece-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora