¿Quién lo Hubiera Creído? ||Sabaku no Gaara||

Capítulo cuarenta y nueve.

Capítulo cuarenta y nueve: La despedida.

Narra _________.

Di un largo suspiro para entrar a la habitación donde estaban Naruto y Gaara inconscientes. Lo único que los separaba a las dos eran una cortina azul típica de los hospitales.

Camine hacía Gaara para aplicarle un poco más de ninjutsu médico para mejorar su salud, también tenía que revisar sus signos vitales y ver sus vendajes, después hacía lo mismo con Naruto.

Anotaba todo lo referente a la salud de Gaara en una hojas concentrada, Tsunade-sensei me dejó a estos dos a cargó porque según ella era la más indicada.

- Ahh, ¿Donde estoy? - gire mi mirada al escuchar aquella voz ronca y pastosa.

Gaara estaba despertando y al parecer muy desorientado, me acerque a él dejando la tableta de hojas en una mesa, Gaara fijo su turquesa mirada en mi y le dedique una pequeña sonrisa.

- Estas en el hospital de Konoha. - respondí acercando una mano a su seco cabello rojo, lo acaricie con suavidad. - Te recuperaras pronto.

- Todo ya término, ¿Verdad? - asenti ante su pregunta sin dejar de acariciar su cabello. - Es una alivió.

- Tus hermanos estaban preocupados por ti, también esa niña que era la secuestrada. - comente mientras volvía a mi trabajo.

- Matsuri, su nombre es Matsuri. - lo mire curiosa.

- Tengo entendido que es tú alumna, ¿Verdad? - el asintió con cuidado. - Tú siendo su sensei me imaginó que se volverá fuerte.

- Eso también esperó, quiero que lleve todo su potencial al máximo. - explicó, la pelirroja lo miro por el rabillo de su ojo. - ¿Cuanto tiempo llevó aquí?

- Casí un día completo, nada de que preocuparse. - camino hacía él, acercó la silla que había para sentarse. - Lo importante aquí es que ya estas bien.

- Siento mi cuerpo pesado. - comentó dando un quejido de dolor.

- Es normal, se te pasará pronto con los analgésicos. - pose mi mano sobre la de él, era tan pálida como la mía. - Vas a estar bien.

Gaara fijo su mirada de nuevo a mi, y con una imperceptible sonrisa en su rostro estoico entrelazo nuestras manos, no se por cuanto tiempo me quedé mirándolo, solo se que estaba tan concentrada mirando sus ojos aguamarinas que me parecían demasiado fascinantes.

- Yo...

Antes de que pudiera formular alguna palabra escuche como la puerta de la habitación había sido abierta, gire mi mirada encontrandome con la silueta de Jiraiya-sensei, y todo esto sin despegar mi mano de la de Gaara.

- Jiraiya-sensei, ¿Qué hace aquí? ¿No debería estar en una reunión con Tsunade-sensei? - cuestione confundida.

- Ya término, vine a ver a Naruto. - respondió mientras caminaba hacía la otra camilla. - Tengo que avisarle que nos iremos de Konoha a penas despierte.

Abrí mis ojos sorprendida ante dicha información, ¿Tan pronto se iban? Eso jamás me lo esperaba, sin darme cuenta había apretado con más fuerza la mano de Gaara, pero el no se quejaba.

Cuando Jiraiya-sensei llegó al otro lado mire de nuevo a Gaara, este se veía confundido, le di una pequeña sonrisa evitando que se preocupará.

- ¡Ahhh, Ero-sennin! - alce mi cabeza al escuchar el grito de Naruto.

Ya había despertado, y como siempre con altanería, típico de el.

- Tiempo sin vernos, Naruto. - escuche el comentario de Jiraiya-sensei.