CAPÍTULO 6

399 60 5
                                    

Estaba encerrada en mi cuarto, con dos soldados custodiando mi puerta tal y como prometió el director.
Sobre mi cama estaba la cena en una bandeja. Mientras que Alba estaba acostada boca abajo muy pensativa.

Cuando terminé con la comida, Ricci comenzó a sepillar mi cabello para ir a dormirme.

-¿Segura que se siente bien señorita?

-Si

-Es muy fuerte, no se ve afectada

-Así es Chiara -dice Alba sentándose en su cama con las piernas cruzadas

La miro, no sé si me está insultando o admirando.

Todas nos quedamos en silencio. Y cuando Ricci acaba con mi cabello me acuesto en la cama.

-Buenas noches -les digo y me obligó a cerrar los ojos

-Buenas noches -contestan en coro

A media noche me levanto por una pesadilla donde el asesino de ojos negros me atravesaba una y otra vez hasta matarme con su maldita espada.

Mi frente estaba llena de sudor y mi corazón latía a toda prisa.
Salí al balcón a tomar aire y tratar de calmar mis nervios de volver a dormir y que vuelva la pesadilla.

Veo a alguien caminando por el jardín de las flores al que daba mi balcón, por un instante pienso que lo estoy alusinando, pero se que no es así, después cruza por mi mente que puede ser un asesino, que viene por otra víctima o a causar más daño, pero todo eso cambia cuando veo que su camisa blanca tiene un bordado en la manga derecha. Es un príncipe. Aquí la pregunta es, ¿quién? Ya que su rostro está a distancia y de espaldas.

Lo miro intrigada pero él se gira a mi balcón, me mira y sonríe.

-¿Qué hace dando un paseo de noche?

-No puedo dormir -me dice con una sonrisa

-¿Por qué?

-Todos estuvimos en riesgo, no puedo creer que un asesino pudo infiltrarse

-¿Cuál es su nombre? -aunque se su contestación

-Mikhail...

-Príncipe de Afganistán

-Así es

-Soy...

-Chiara, princesa de Italia -dice con una sonrisa

-¿Cómo lo sabe?

-Entreno mucho con tu amigo Aswad con las espadas

-Claro, el que siempre pierde

Se ríe

-Tu amigo tiene talento y lamentablemente no soy muy bueno en coordinarme con la espada

-Entonces no debería de estar afuera si no puede defenderse

-Eso me dolió -finge un dolor en el pecho

-La verdad siempre duele

-¿Cuál es su verdad?

-Es una buena pregunta

-Yo tengo una

-¿Cuál?

-Es hermosa

-Gracias

Me vuelve a sonreír

-Tengo que ir a dormir, trate de dormir un poco, tal vez le ayude a concentrarte en los entrenamientos con la espada

Lo veo sonreír una vez más y entro al cuarto. Me acuesto en la cama y suspiro. Para quedarme dormida después de mirar por horas el techo.

A la mañana siguiente llegó Ricci y me ayudó a estar preparada para ir a clases. Estaba entrando a la clase de comunicación cuando llega Aswad con una seriedad que me impresiona.

Entre DinastíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora