CAPÍTULO 13

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No se cuanto tiempo pasó, pero para mi fue una eternidad. En donde tenía que fingir estar dormida mientras me acariciaba mi cabello y me arruyaba con el nombre de su hija muerta.

Por fin salió del cuarto y esperé hasta que los tacones dejarán de hacer ruido.

Me senté en la cama y comencé a respirar rápidamente. Necesitaba salir de aquí, estaba ocupando un lugar que no me correspondía, estaba transtornando a la reina. Ella creía que yo era su hija.

Salí del cuarto y fui a la de los guardaespaldas, necesitaba hablar con alguien y Alba no se pone de buen humor cuando la despiertan de un sueño profundo.

Toco la puerta y después de unos segundos, abre la puerta Gian.

-¿Princesa?

-Estoy teniendo un ataque de pánico, necesito hablar con alguien -me estrujo las manos

-¿Quieres dar una vuelta?

Asiento con la cabeza y salimos al balcón de la segunda planta del castillo.

-Tienes que respirar, vamos inhala... exhala... inhala... exhala...

Logré calmarme con varias series de respiraciones.

-Ahora si, cuéntame que ocurre

-Necesito salir de aquí

-¿Por qué? -pregunta alarmado

-Estoy dañando a la reina y temo que siga haciendolo y le cause un trauma

-¿De que hablas?

-La reina ha estado muy atenta conmigo, ella cree que soy su hija, la princesa Agneta

Gian me mira con el ceño funcido, no me cree.

-Ella dijo que al verme se imaginaba a su hija y esta noche fue al cuarto en el que me estoy quedando, me dijo que le gustaría hacerme compañía, acepte porque es la reina y me dio techo y comida, ella comenzó a acariciar mi cabello y me susurro "Descansa mi pequeña Agneta"

-Wow, que fuerte, no me imagino que debes estar sintiendo

-Me siento mal, siento que se esta creando una ilusión por el dolor de haber perdido a si hija, necesito salir de aquí antes de que la transtorne más o se aferre a mi y no me deje ir

-Eso no va a pasar, está mañana mandé una carta a tus padres donde les pedía que mandaran mañana mismo por nosotros

-Perfecto, ya no quiero más incomodidades, quiero sentirme a salvo y sabiendo que no estoy por volver loca a una madre que perdió a su hija

-Mañana nos iremos, ahora deberías ir a dormir

-Siento que estoy invadiendo un lugar que no me corresponde

-Nada de eso, solo eres una invitada de la corte que sabe conseguir lo que quiere

-Gracias por escucharme Gian

-Un placer escucharte

-Quiero pedirte algo

-Claro

-Ser mi consejero cuando lleguemos a Italia

-¿Tu consejero?

-Si, mi mano derecha, se que las cosas no serán fáciles y entiendo si le eres más fiel a mis padres que a mi...

-Sería un honor servirte a ti princesa Chiara futura reina de Italia

-Gracias

-Al contrario gracias por el voto de confianza

Vamos a mi cuarto y después el va al suyo. Me acuesto en la cama pero la sensación que la reina me causaba rondaba por toda la habitación. Pero me obligué a acostarme en la cama y a domir para que el tiempo pasara más rápido.

Ya era de día y la reina entró con un vestido azul rey, con piedras en el corset.

-Lo mandé hacer ayer con las costureras, espero que te guste

-No tiene que tomarse tantas molestias su majestad

-Nada de eso, es satisfactorio, verte así de hermosa en un vestido que hace honor a tu apariencia

Ella y Abelone me ayudaron a ponerme "hermosa" según las palabras de la reina de Suecia.

Al desayunar vi el vestido de Alba, era morado muy sencillo. Y su cabello estaba simplemente desenredado y con su corona de siempre.

Después de desayunar caminabamos por el patio, en donde veríamos una actuación de espadas de los soldados de los reyes.

-Se nota quien es la consentida de las dos -me dice Alba

-No me lo recuerdes

-¿No te gusta tener la atención de la reina y el rey?

-No, me parece excesivo

-Disfrútalo, además, te sirve de entrenamiento, seguramente tu madre será igual o peor de cariñosa contigo

Al menos ella si sería mi madre y yo su hija. Pienso pero no se lo digo, no quiero incomodarla porque se que se pondría histérica.

Había una carpa como la que usaron cuando me vieron tirar las flechas con arco. Pero en vez de haber dos tronos había cuatro.

Me senté al lado del rey mientras que Alba se sentaba al lado de la reina, por suerte.

Los guardias comenzaron a luchar con espadas. Ni tardaron en 5 minutos cuando uno de ellos le ganó al otro sin problemas.

-Es nuestro mejor espadero -me dice el rey cuando el soldado lleva 5 victorias de 5 hombres distintos

-¿Que le parece una apuesta rey de Suecia?

Me mira con una ceja alzada y la mirada profunda

-¿Una apuesta?

-Apuesto lo que sea a que Gian vence a su mejor espadero

-Si mi espadero gana, me das tu tiara, pero si tu soldado gana, te llevarás mi espada de honor a tu reino

-Acepto

Me levanto y camino a donde está parado Gian

-No te puedo creer lo que acabas de hacerme

-Por favor, venciste a 47 hombres, demuestrale a tu futura reina que tan bien sabes pelear

Gian me da una mirada profunda y saca su espada de su estuche que la hace colgar en su cintura

-Por usted majestad -me dice mientras camina al soldado

Tomo asiento en el lugar al lado del rey

-Espero que no le tengas mucho cariño a la tiara que adorna tu cabeza

-Esto aún no empieza majestad, jamás debe de afirmar algo que no es seguro

El combate comienza, Gian era demasiado ágil y veloz con la espada, en menos de tres minutos le había quitado a su contrincante la espada y había tomado una posición nada favorable a su contrincante, lo tenía de rodillas con una espada en su nuca y la otra en su garganta.

Gian se separa y le entraga su espada al soldado.

-Espero que no este empolvada su espada -le digo al rey con una sonrisa

-Vaya, mis respetos princesa, has ganado limpiamente -dice con bastante sorpresa

Entre DinastíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora