Entre Dinastías

CAPÍTULO 10

-Princesas detrás de mi -ordena Gian

Los dos soldados y él se ponen al frente y sacan sus espadas.

Los guardias llegan y el golpe de metal con el metal resuena por toda la habitación.

Gian lucha con dos, el alto también con dos mientras que uno degolla al otro.
Mi corazón no dejaba de latir, me sentía inservible, no sabía que hacer.

-No podemos quedarnos quietas -les digo decidida

Tomo una lámpara y Alba un jarro de flores. Corro hasta Gian y le estrello en la cabeza a un guarida Verde con el que estaba peleando. Grita de dolor y Gian entierra su espada en el corazón del soldado.

-Detrás de ti -le digo

Gian alcanza a agacharse y a enterrar su espada en el estómago y la alzó desgarrandolo.

Escuche el grito de una princesa y me giré alarmada, pero solo era Khalil que estaba aterrada y desconsolada llorando a mar de lágrimas en brazos de Alizee.

Seguimos corriendo por los pasillos hasta que llegamos a la cocina. Tomé un cuchillo, Alba, Xiang y Sun hee hicieron lo mismo. Alizee simplemente abrazaba a Khalil para que no se detuviera.

Llegamos a la oficina y las princesas entraron al refugio

-Tenemos que irnos -me dice Gian

-Alba ven conmigo

-¿Qué?

-Ven conmigo, puedo protegerte en mi reino y después que tus padres manden por ti, no te puedo dejar en este caos

-Esta bien

Entrelazamos nuestras manos.

-No va a ser fácil librar a los guardias verdes, pero tenemos el yate listo -nos mira a ambas

-¿Estas segura de que quieres llevártela?

-Por supuesto -le digo

-Vamos

Empezamos a caminar para salir por la parte trasera del instituto.
Un guardia verde al vernos camina amenazante con la espada, así que lanzo el cuchillo y se le clava entre los ojos.

-Que punteria -me dice Gian sorprendido

-Es la mejor en punteria -le dice Alba mientras me da su cuchillo

Salimos y comenzamos a correr, el pasto pronto se transformó en arena. Vi un yate atado al muelle. Corrimos y entramos en él.

En cuanto subimos el yate arrancó a toda velocidad.

-¿Quien esta conduciendo?

-El guardespaldas que le diste a Alba -me dice Gian -Pueden sentarse ambas, el viaje es largo hasta Italia

Nos sentamos en unos sillones de una habitación pequeña.

-Gian

Él me mira

-¿Basilo puede cuidar a Aswad no?

-Por supuesto

-¿Lo sacará del instituto?

-Mañana a primera hora

-De acuerdo, me quedo más tranquila

Suspiro y me pongo a pensar. Acabo de matar a una persona lanzandole un cuchillo en medio de los ojos. Soy una asesina, aunque era su vida o la nuestra.

Ademas ellos son unos terroristas que llegaron arrojando bombas dispuestos a matarnos y que los reinos se queden sin herederos.

-¿Estás bien? -me susurra Alba

-Si -miento

-Todo va a salir bien, tus padres estarán felices de verte

-No los conozco, es raro, siento que no estoy lista para enfremtarme a ellos

-¿De qué hablas?, son tus padres y te aman

-¿Cómo pueden amar a alguien que no conocen?, no saben nada de mi

-Entonces tu eres la que no los ama a ellos

La miro

-Eso va a cambiar, son tus padres, ellos te aman de verdad, sino porque mandaron a un ejército y a tres guardespaldas a que te protegieran

-Porque soy su heredera

-Eres su hija

-Futura reina de Italia, no lo hacen porque me amen, lo hacen porque soy el futuro de su reino

Alba suspira y se recuesta en el sillón

-Prefiero pensar que nuestros padres nos aman y punto

Dejamos de platicar, Alba y yo teniamos puntos de vista diferentes y no se porque. Nos costaba mucho ver la vida de la misma manera.

¿Qué pensarian mis padres si supieran que mate a alguien? En defensa propia claro esta, pero a fin de cuentas le habia arrebatado la vida a alguien.

El motor comenzó a rugir de manera despiadada y comenzó una especie de turbulencia.

Me levanté y salí de la habitación. Vi a unos buzos subiendo con navajas en las manos.

Gian y Angelo no tardaron en llegar y comenzar a pelear con los puños. Entre a la habitación y Alba me mira asustada.

-¿Qué esta pasando?

-Bueno Gian y Angelo están afuera desaciendose de unos buzos

Se sienta aterrada y con las manos temblorosas, me siento a su lado y la abrazo.

Entra Gian al cuarto y nos ve

-Todo esta bajo control, solo tenemos un problema, dañaron el motor, tendremos que ir en una lancha inflable con remos

-Eso llevara más tiempo

-Podemos llegar al reino de Suecia

-Acaban de perder a su hija en el ataque con bombas, ¿seguro que es buena idea?

-Es nuestra mejor opción, por tierra nos será más fácil transportarnos

-Bien

Vamos hasta la lancha, Gian y Angelo empiezan a remar. La oscuridad aún era nuestra compañera junto con las millones de estrellas que la adornaban. Si estuvieramos en otras circunstancias podria disfrutar del paseo y de la brisa de mar.

Gian y Angelo después de un rato se tuvieron que quitar el saco y la camisa de botones, quedando con una negra de tirantes. Sus brazos se marcaban cada vez que remaban.

Gian era muy guapo y atractivo, me encargaría de conseguirle una muy buena compañera de vida, que lo quiera y lo respete.

Llegamos al muelle cuando comenzaba a amanecer. Unos pescadores nos ayudaron a bajar de la lancha y poder poner nuestros pies sobre las maderas.

-¿Quienes son ustedes? -nos pregunta uno de los pescadores, de unos 45 años con la barba canosa al igual que su cabello

-Su majestad la princesa Chiara futura reina de Italia y la princesa Alba futura reina de España

Todos los pescadores se asombran y hacen una reverencia.

-¿Podrían ser tan amables de decirnos como podemos llegar a palacio con sus majestades los reyes de Suecia? -les pregunto

-Sería un honor llevarlos en nuestra carreta

-¿Carreta?

-La utilizamos como montacargas para los pescados y son jalados por caballos

-¿Que le parece si nos presta los caballos? -pregunta Alba -Se lo recopensaremos

-Nuestra pesca se verá afectada

-Bien, le pagaré lo que gana a usted y a sus hombres por dos días de labor, esta misma tarde traeran de vuelta a sus caballos y su recompensa -le digo

-Su majestad, gracias -dice el señor

-Al contrario gracias a usted

Sonríe y nos lleva hasta los dos caballos con los que contaba el pescador.