CAPÍTULO 40

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El día nos sorprendio con el sol brillando y con el cielo despejado de cualquier nube de lluvia.

Tocan la puerta y entran Alba y Alizee listas para bajar a desayunar, por suerte también yo estaba lista.

-¿Entonces si iremos a cabalgar? -me pregunta emocionada Alizee

Sé que es una de las actividades que más disfruta al aire libre.

-Claro que si, seguramente mi padre a mandado a preparar los caballos para montar cuando terminemos de desayunar, el día es soleado así que no tenemos que esperar hasta la tarde

-Grandioso -dice Alizee

Estaba consciente de que Alba sabía montar a caballo pero no era exactamente algo que practicara constantemente y podía ver el miedo en sus ojos.

-Todo va a salir bien -trato de tranquilizarla -Tendrás al caballo indicado

-Más te vale que sea uno lento, seguro y que no le tenga miedo a nada y que no se vaya a asustar tirandome de la silla para montar

-Será el más tranquilo, te lo prometo

-Bien o dejaré de ser tu amiga

Las tres vamos al comedor, mi padre y Fiorella ya estaban sentados en la mesa.

-Majestad -saludamos Alba, Alizee y yo al mismo tiempo

-Princesas, sientense por favor

Nos sentamos y poco después llega Aswad con una reverencia hacia mi padre y a nosotras.

-Los caballos ya están a su disposición -dice mi padre

-Terminando de tomar el desayuno iremos -le informo y él asiente

Llega Messina, el padre de Gian y hace una reverencia

-¿Princesa Chiara?

-¿Si?

-La esposa del embajador está en la sala de espera, para que otorgue su presencia para una junta privada que usted misma solicitó con ella

-Ya mismo voy, si me disculpan tengo que atenderla

Mi padre asiente y salgo con paso veloz hasta la sala de estar. Al entrar la veo con una fotografía grande de mi madre entre las manos.

-Fue una reina justa y amable con todos, siempre tenía una sonrisa para los invitados y le encantaban las fiestas para llenar de vida el castillo que le parecía vacío desde su partida princesa Chiara

-Es una gran pérdida

-Si, mi más sentido pésame, recuerdo el dolor de perder a una madre

-En mi caso fue la muerte de dos madres

-Si, el destino nos hace malas jugadas, ambas perdieron la vida en el mismo segundo, caían en brazos de la muerte al mismo tiempo, algo increíblemente inusual

-¿Usted sabía que eso iba a pasar no es así?

-La muerte de su madre si, la de Ricci me temo que no

-¿A qué se refiere?

-A usted la vi muerta por una flecha que iba a ser atravesada directo en su corazón...

-Ella se interpuso

-El futuro no siempre es exacto, existen variables que hacen que el futuro tome diferentes caminos

-¿Qué me depara el destino ahora que estoy viva y no muerta como su última predicción?

Me tiende una mano y pongo la mía sobre la suya.

Entre DinastíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora